El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, junto al primer teniente alcalde, Ricardo Chamorro, la concejal de Festejos, Fátima de la Flor, y miembros de la Hermandad de Pandorgos, ha recibido en el salón de plenos del Ayuntamiento a una comitiva de la Federación de Peñas Huertanas de Murcia. Durante el encuentro, se destacó la importancia de preservar y promover las tradiciones, costumbres, gastronomía y folklore.
En el marco de la reunión, el alcalde de Ciudad Real entregó una réplica de la alcantarilla del Pozo de Don Gil, ubicada en la plaza del Pilar. Por su parte, el presidente de la Federación de Peñas Huertanas de Murcia obsequió al alcalde con unos dulces típicos de la Región de Murcia llamados ‘pajarotes’.
Esta visita refuerza los lazos entre Ciudad Real y Murcia, dos ciudades que comparten un rico patrimonio cultural y una gran pasión por sus tradiciones. La Federación de Peñas Huertanas de Murcia se dedica a preservar y difundir la huerta murciana, así como las costumbres y festejos tradicionales de la región.
Durante la recepción, se resaltó la importancia de la colaboración y el intercambio de experiencias entre ambas ciudades para promover y mantener vivas sus respectivas tradiciones. La cultura es un elemento fundamental para el enriquecimiento de las comunidades y su preservación contribuye a fortalecer la identidad local.
La alcantarilla del Pozo de Don Gil es un icono emblemático de Ciudad Real, y el acto de entrega de su réplica a la Federación de Peñas Huertanas de Murcia simboliza el compromiso de ambas ciudades por preservar su patrimonio histórico y cultural.
El intercambio de dulces típicos también muestra la generosidad y hospitalidad de ambas comunidades. Los ‘pajarotes’ son un manjar tradicional de la Región de Murcia que reflejan la riqueza gastronómica de esta tierra.
En resumen, la visita de la Federación de Peñas Huertanas de Murcia a Ciudad Real ha sido un encuentro enriquecedor y fructífero para promover el valor de las tradiciones, costumbres y gastronomía de ambas regiones. Este tipo de intercambios culturales fortalecen los lazos entre comunidades y contribuyen al enriquecimiento y conservación del patrimonio histórico y cultural de cada lugar.