Durante la reciente reunión del Comité Militar de la OTAN en Riga, el almirante italiano Giuseppe Cavo Dragone hizo una alarmante comparación entre las incursiones aéreas rusas actuales y las violaciones del espacio aéreo báltico por parte de la Unión Soviética en 1939. En su discurso, subrayó que estas acciones no son meras provocaciones, sino un indicativo de las intenciones de Moscú de imponer su voluntad en la región, recordando la historia y mostrando la gravedad del momento.
El contexto de la reunión se ha visto marcado por la percepción de que Rusia representa una amenaza omnipresente, no solo a través de invasiones convencionales, sino también mediante tácticas de guerra híbrida que incluyen desinformación y presiones migratorias. Letonia, en particular, ha informado sobre la detención de miles de migrantes en su frontera con Bielorrusia, atribuyendo esta situación a estrategias orquestadas por Rusia y sus aliados, lo cual ha generado alarmas sobre la seguridad euroatlántica.
Al cierre del encuentro, los altos mandos militares de la Alianza reafirmaron su compromiso con la defensa colectiva y la disuasión, resaltando la importancia de la solidaridad entre los 32 Estados miembros. La situación actual, señalada como un «laboratorio de guerra moderna,» exige una respuesta coordinada y eficaz ante las amenazas cambiantes que enfrenta el continente europeo.
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