Se despertó un gran entusiasmo por las Cruces de Mayo en Carrizosa (Ciudad Real), una tradición que había venido a menos, y que la pandemia revitalizó con gran fuerza, de manera que el año pasado hubo más de un centenar, y éste se mantienen esas cifras, para entusiasmo vecinal y municipal.
El pasado fin de semana, y durante el 3 y 4 de mayo, más de cien sencillas Cruces de Mayo pueden verse en las fachadas, ventanas y balcones de Carrizosa dando un gran colorido a la localidad campomontieleña y del Alto Guadiana Mancha.
“Estamos muy satisfechos y sorprendidos, porque es una tradición que no vivía sus mejores momentos pese a nuestros esfuerzos para que no fuera así, y con la pandemia han resurgido decenas de cruces cada año, superando el centenar, cruces sencillas en casas, ventanas y balcones que han vuelto a revitalizar y recuperar nuestro espíritu festivo de mayo, atrayendo a gente a verlas y fotografiarlas”, dice el alcalde Pedro Antonio, quien añade como “hoy es fiesta local en honor a las Cruces de Mayo, que refleja las ganas de mantener la tradición de la Cruz en el pueblo”.
Por su parte, la concejala de Cultura, Ángel del Campo, especificó que “la fiesta de la Cruz de Mayo se celebraba entre los días 30 de abril, 2, 3 y 4 de mayo, pero tuvo que suspenderse debido a la pandemia, ahora con este resurgir, al igual que el año pasado, volveremos a publicar las Cruces vestidas este año en el programa oficial de las Fiestas de la Virgen del Salido, el próximo verano”.
Antes, durante la noche una rondalla de jóvenes marchó por el pueblo cantando los mayos a las Damas. El día 2 se le cantaba a las Cruces (altares colocados en las casas) y se celebraban convites. Su origen es pagano, como fiestea para exaltar la primavera y presenta variantes en toda la geografía española. En nuestra comarca se celebraron en muchas localidades, pero donde permanecen con todo su sabor tradicional en Carrizosa.
Al cristianizarse, estas fiestas pasaron a ser una exaltación de la Cruz como símbolo de la Pasión de Jésus. Básicamente consisten, en su aspecto más tradicional, en la ornamentación de una cruz a base de elementos florales y vegetales (reminiscencias de su significado ancestral), junto con símbolos de la pasión (los clavos, la corona de espinas, etc).
Esta celebración de mayo empezaba en realidad en la noche del 30 de abril y continuaba durante la madrugada del 1 de mayo, durante la cual, cuadrillas de mozos (y, actualmente, también mozas) dedicaban sus cantos a las mujeres queridas (esposas, novias, familiares) en lo que se llama «noche de las damas». Se inicia con una canción tradicional llamada «el mayo», en el cual, a través de sus distintas estrofas (la primera de las cuales es para solicitar licencia de la dama), se van «dibujando» las perfecciones de la mujer.