En un reciente y alarmante desarrollo en el conflicto en Medio Oriente, los rebeldes chiíes hutíes han confirmado la ejecución de una operación militar de gran envergadura contra fuerzas navales estadounidenses presentes en el norte del Mar Rojo. Esta acción ofensiva, que tuvo como blanco el portaaviones USS Harry S. Truman junto a sus buques de guerra asociados, incluyó el lanzamiento de 18 misiles balísticos y de crucero, así como el uso de un avión no tripulado. La ofensiva se presenta como una respuesta directa al reciente ataque llevado a cabo por Estados Unidos contra territorio yemení.
La presencia militar de EE.UU. en la región se intensificó tras la decisión del presidente Donald Trump de ordenar ataques aéreos contra posiciones de los hutíes en Yemen. Esta decisión, según se informa, fue una represalia por las amenazas del grupo rebelde de intensificar sus ataques contra embarcaciones israelíes y aquellas vinculadas a Israel en los mares Rojo y Arábigo. Como resultado de la incursión estadounidense, que incluyó más de 47 ataques aéreos en varias provincias de Yemen, se reportaron “varias masacres” con un saldo lamentable de víctimas civiles, incluyendo niños y mujeres.
El portavoz del Ministerio de Salud de los insurgentes detalló un balance preliminar de 31 muertos y 131 heridos, todos civiles, exacerbando la ya crítica situación humanitaria en el país. En contraparte a la violencia, las Fuerzas Armadas yemeníes, pertenecientes a los hutíes, han declarado su intención de mantener un bloqueo naval en represalia a la agresión contra Yemen, con el objetivo de prohibir la entrada de buques israelíes en la zona de operaciones hasta que se permita el paso de ayuda y suministros básicos a la Franja de Gaza.
Este recrudecimiento del conflicto surge tras advertencias previas de los insurgentes sobre la reanudación de ataques contra intereses israelíes, en un intento por presionar a Israel para que levante el asedio sobre Gaza. La situación en la Franja de Gaza se ha vuelto especialmente volátil desde el estallido de la guerra el 7 de octubre de 2023, con un saldo trágico de violencia y pérdida de vidas.
La operación contra el portaaviones estadounidense y sus buques de guerra subraya la escalada del conflicto y refleja la frágil seguridad en la región. Asimismo, pone de manifiesto las complejas dinámicas geopolíticas que involucran a actores estatales y no estatales en un entorno altamente volátil. Las consecuencias de estos últimos acontecimientos podrían tener implicaciones significativas para la estabilidad regional y la seguridad internacional, ensombreciendo aún más el panorama en Medio Oriente.