En un desarrollo reciente que arroja luz sobre el creciente control gubernamental en Rusia sobre los medios y la libre comunicación, los servicios de Inteligencia del Reino Unido han hecho saber que se han implementado “más restricciones” en las telecomunicaciones dentro del país euroasiático. De acuerdo a estos informes, una de las medidas tomadas ha sido la reducción significativa del tráfico a través de plataformas populares de comunicación como WhatsApp, lo que ha suscitado preocupaciones tanto dentro como fuera de Rusia.
Según Anton Nemkin, un diputado ruso, esta restricción en el tráfico de WhatsApp está diseñada para inhibir la coordinación entre «grupos extremistas». Sin embargo, desde Londres se interpreta esta maniobra como un golpe también a los «activistas opositores» y a aquellos que se posicionan en contra de las acciones bélicas en Ucría, limitando su habilidad para organizarse y comunicarse libremente.
Además de acciones sobre WhatsApp, se ha informado de efectos en otras plataformas como YouTube, que si bien cuenta con una vasta popularidad en Rusia y es frecuentemente utilizada por opositores al gobierno para difundir sus críticas, podría estar frente a futuras prohibiciones. El gobierno del Reino Unido ha sugerido que la Presidencia rusa podría estar considerando un bloqueo completo de YouTube para septiembre de 2024, lo que representa otra capa de restricción sobre el acceso a informaciones no alineadas con el discurso oficial del Kremlin.
A pesar de que el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó no tener conocimiento sobre estas restricciones, la preocupación internacional crece. Esta serie de medidas, que incluyen la ilegalización de varios medios independientes y restricciones sobre la comunicación segura, señalan una aceleración en la tendencia de un mayor control gubernamental y erigen barreras significativas al flujo libre de información dentro de Rusia.
El Ministerio de Defensa británico ha subrayado, a través de un comunicado difundido en la red social X, que estas políticas de restricción del acceso a plataformas de redes sociales están, probablemente, diseñadas para asegurar que la población rusa solo pueda acceder a medios alineados con las narrativas gubernamentales. La limitación sobre los medios más seguros de comunicación privada facilitará la vigilancia gubernamental sobre cualquier posible disidencia, instaurando un ambiente de miedo y autocensura entre quienes podrían ser opositores al régimen.
Estos eventos reflejan una realidad cada vez más controlada y limitada para los ciudadanos rusos en términos de comunicación y acceso a la información, algo que ha alertado a observadores internacionales sobre la creciente tendencia hacia la centralización del poder y la supresión de voces críticas dentro de Rusia.