Los aspirantes de MasterChef 12 se encuentran en plena fase de repesca enfrentándose a varias pruebas desafiantes, incluido un interesante reto en la Catedral de San Salvador de Oviedo. La competición ha puesto a prueba su conocimiento sobre fitoquímicos, donde aprendieron a integrar estos compuestos bioactivos presentes en frutas y verduras en sus preparaciones culinarias. La expectativa creció cuando el chef Eduardo Casanova presentó una inspiradora bandera arcoíris compuesta por frutas y verduras, símbolo de orgullo y diversidad, desafío que continuará con la orientación de Marta Verona, ganadora de MasterChef 6, y Verónica Ratero, finalista de MasterChef 10, quienes guiarán a los participantes en esta fase del concurso.
Oviedo, reconocida como Capital Española de la Gastronomía 2024, sirve de escenario clave para esta etapa crucial de la competencia. Los concursantes se enfrentan no solo al desafío de la repesca sino también al de convencer al jurado con su habilidad culinaria y su creatividad. La ubicación emblemática junto a la Catedral de San Salvador añade un carácter majestuoso a la competición, realzando la emoción y la tensión entre los participantes que buscan una segunda oportunidad en el programa.
Además, el reto final de la repesca lleva a los concursantes a enfrentarse a la elaboración de una complicada sopa tailandesa, compuesta por 42 ingredientes, un desafío impuesto por Eneko, el ganador de MasterChef 11. La prueba no solo exige precisión en replicar este complejo plato sino también originalidad y creatividad al realizar un plato propio, empleando solo los ingredientes designados.
La habilidad culinaria, la precisión, la creatividad y la capacidad para trabajar bajo presión son puestas a prueba en esta etapa de MasterChef 12, donde solo los más talentosos lograrán impresionar al jurado para ganarse su lugar de vuelta en el concurso.
