En un paso significativo hacia la sostenibilidad energética, se ha inaugurado esta semana en Cuenca una nueva central térmica construida por Rebi, la cual tiene el potencial de utilizar la biomasa de los montes de la zona para generar hasta un millón de toneladas de energía. Según Alberto López, director general de la empresa, esta cantidad de biomasa podría proporcionar calor a más de la mitad de los vecinos de Madrid, demostrando que las localidades más pequeñas pueden liderar en iniciativas de aprovechamiento del medio ambiente.
La nueva planta cuenta con una caldera de 91 megavatios térmicos, posicionándola como una de las mayores en el país. Su rendimiento se complementa con la recuperación de tres megavatios de los gases depurados y el aprovechamiento de energía solar, permitiendo abastecer la red durante los meses de verano, según ha indicado Emilio López, director general de Rebi. La energía generada se almacena en un depósito de 10.000 metros cúbicos de capacidad en forma de agua caliente, lo que representa más de 300 megavatios y facilita la atención a los picos de demanda energética.
El proyecto de la Red de Calor de Cuenca también promete generar anualmente más de 100.000 megavatios/hora y reducir en 25.000 toneladas las emisiones de CO2 a la atmósfera cada año. En el marco de la inauguración, López destacó un acuerdo con las administraciones locales para recuperar el calor de una futura Planta Experimental de Hidrógeno, que se desarrollará en el Parque de Economía Circular. Este proyecto permitirá utilizar hidrógeno para calentar la región, subrayando aún más el compromiso de Rebi con la sostenibilidad.
Aunque el director general pidió disculpas por las molestias causadas durante las obras de la red, garantizó que la inversión resultará en «sesenta años de paz» para los habitantes de Cuenca. El alcalde Darío Dolz también elogió a Rebi por su compromiso con la ciudad y la sostenibilidad, animando a más comunidades a sumarse a esta nueva red de calor.
La inauguración contó con la presencia del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien abogó por la región como un ejemplo en la lucha contra el cambio climático. García-Page también criticó a aquellos que se benefician del negacionismo del cambio climático, describiéndolos como egoístas que no piensan en las futuras generaciones, además de defender los intereses de economías que dependen de combustibles fósiles. Con este nuevo proyecto, Cuenca se posiciona como un modelo a seguir en la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.