En la tarde de este domingo, la emblemática Plaza de Toros de Ciudad Real reabre sus puertas a los entusiastas de la tauromaquia y el arte, dando lugar a la inauguración de una exposición fotográfica titulada ‘Entre el ruedo y la memoria. Historia de nuestra plaza’. Esta exposición cuenta con fotografías históricas que capturan algunos de los mejores momentos que han tenido lugar en la plaza a lo largo de su existencia.
La colección, inaugurada por Francisco Cañizares, alcalde de Ciudad Real, y Pedro Lozano, concejal de Cultura, es el resultado destacado de la jornada. Durante el acto inaugural, el alcalde expresó su deseo de que la reinauguración no solo celebre al arte de la tauromaquia, sino que también ponga en relieve la historia y la importancia cultural de la plaza de toros. Asimismo, el alcalde subrayó la significación particular de las fotografías de Herrera Piña, considerado un fotógrafo singular en la región.
«Este es un momento para recordar y celebrar nuestra identidad», fueron las palabras de Francisco Cañizares, en referencia a la amplia gama de fotografías que incluyen desde imágenes de icónicos toreros hasta aquellas de figuras prominentes de la cultura que han visitado la plaza. El concejal de Cultura, Pedro Lozano, complementó esta visión, refiriéndose a la muestra como profundamente conmovedora.
Los visitantes de la exposición pudieron disfrutar de un recorrido guiado que contó con la presencia de la viuda del fotoperiodista Manuel Herrera Piña, su familia y representantes del gobierno local, así como de otros dignatarios.
La exposición, que ahora pasa a ser una característica permanente de la Plaza de Toros de Ciudad Real, invita a los aficionados y al público en general a sumergirse en la rica historia que define a esta insignia de la provincia. La familia de Manuel Herrera Piña ha sido especialmente reconocida por su acto de generosidad al compartir estas impresionantes piezas que han sido cuidadosamente preservadas a lo largo del tiempo.
Con la plaza de toros de Ciudad Real ahora revivida y enaltecida con el arte de Herrera Piña, se espera que el espacio no solo sea un punto de encuentro para los espectáculos tauromáquicos tradicionales, sino también un centro donde la historia y la cultura puedan ser apreciadas por las generaciones presentes y futuras.