En una reciente emisión del programa «Espejo público», conducido por Susanna Griso, se vivieron momentos de alta tensión cuando se abordó nuevamente el tema de los audios y fotografías vinculadas a Bárbara Rey con el rey emérito. La tertulia, que en días anteriores ya había destinado un amplio espacio a este asunto, escaló a nuevos niveles de conflicto con la inesperada participación de Sofía Cristo, hija de Bárbara Rey, y posteriormente de la propia exvedette.

La discusión se intensificó cuando Javier Chicote, periodista invitado conocido por su libro «El jefe de los espías» y su investigación documentada sobre el caso, fue objeto de fuertes críticas y faltas de respeto por parte de Cristo. La situación llegó a tal punto que Chicote decidió abandonar el plató del programa, arguyendo que no tenía por qué tolerar tal nivel de desprecio, acto que contó con el permiso y entendimiento de Griso.

La intervención de Sofía Cristo se caracterizó por cuestionamientos vehemente sobre el conocimiento de Chicote respecto a las acciones y situaciones vividas por su madre. A pesar de los intentos del periodista por mantener la discusión en un marco de respeto, basándose en las evidencias documentadas presentadas en su obra, las acusaciones y el tono de Cristo no decayeron.

A este tenso intercambio se sumó una llamada telefónica de Bárbara Rey, quien intentó defender a su hija y criticar a Chicote, pero acabó incurriendo en el mismo tono confrontacional de su hija. Lo que enfatizó aún más la atmósfera cargada y llevó a Chicote a retirarse definitivamente del programa con la aprobación de la presentadora Susanna Griso.

Ante esta situación, Griso intentó mediar y llamar a la comprensión, enfatizando que Chicote simplemente había reproducido investigaciones y datos ya publicados. Posteriormente, Sofía Cristo expresó una disculpa pública por su comportamiento, aunque ya fuera de presencia de Chicote.

Este incidente en «Espejo público» refleja no solo la complejidad y sensibilidad del tema en cuestión sino también los desafíos de mantener un diálogo constructivo y respetuoso en espacios de debate mediáticos, especialmente cuando se tocan asuntos personales y públicos de tal magnitud.

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