Noche de emociones en el Grand Prix de Televisión Española. Los pueblos de Binissalem (Mallorca) y Villanueva de la Torre (Guadalajara) se enfrentaron en un igualado duelo en el mítico concurso de Ramón García, que regresaba el pasado año a la pequeña pantalla tras más de 18 años de ausencia.
Apadrinados por María Gómez y Manuel Díaz, el Cordobés, los mallorquines y castellanomanchegos pudieron demostrar en la segunda prueba de la noche del lunes, 12 de agosto, todo el entrenamiento al que habían sido sometidos semanas atrás, protagonizando un reñidísimo duelo en una de las pruebas del programa de La 1.
Era en Baloncesto en pañales donde los concursantes, caracterizados de bebés, deben encestar unas pelotas en unas canastas gigantes, cuando se vivió un histórico partido que dejó sin palabras a Ramón García y Cristinini, ante la extraordinaria actuación de los dos pueblos participantes de la quinta entrega del Grand Prix.
Tras un accidentado primer tiempo de juego, en el que Binissalem anotaba 3 puntos y Villanueva de la Torre 5 puntos, los participantes no pararon de encestar, en repetidas ocasiones y de forma continua, las pelotas de baloncesto, llegando casi todos al final de la cinta en movimiento.
"¡Qué reñido! ¡Madre mía, qué pedazo de partido, Ramón!", espetó Critinini ante la gran actuación de los dos pueblos, que no paraban de encestar y anotar puntos en sus marcadores. "¡Un puntito marca la diferencia en el Baloncesto en pañales más interesante de los últimos tiempos!", exclamó el presentador en los últimos segundos del igualado enfrentamiento.
Finalmente, los mallorquines lograron distanciarse en el marcador, ganando la prueba por 11 tantos sobre 9. "¡Qué partidón! ¡Increíble, sin palabras, apoteósico!", expresó Cristinini al sonar la bocina que daba por finalizada la prueba. "¡Ha sido un pedazo de partido de Baloncesto en pañales!", concluyó Ramón García antes de nombrar como vencedores del juego a Binissalem.
La audiencia de La 1 dicta sentencia a la nueva prueba del Grand Prix: todos señalan lo mismo. Este emocionante encuentro no solo demostró la competitividad y el espíritu de lucha de los pueblos participantes, sino que también revivió la esencia de un programa que había dejado una huella imborrable en la memoria televisiva española.
