Rafa Rodríguez sube al despacho de Loren Juarros para aumentar su cláusula

El Málaga CF centra su atención en las renovaciones de jugadores clave

Las oficinas del Málaga CF no conocen la calma, aunque el mercado de fichajes ya haya cerrado sus persianas. Terminado el desfile de incorporaciones, la dirección deportiva ha cambiado el foco, de mirar hacia fuera a blindar lo que ya tiene dentro. Porque a veces la mejor contratación no llega en avión desde otra liga, sino que sube cada mañana por las escaleras de Martiricos.

En la lista de prioridades aparecen tres nombres que hoy suenan más a patrimonio que a simple plantilla: Rafa Rodríguez, Chupete y David Larrubia. La estrategia es tan clara como pragmática: aumentar cláusulas, mejorar salarios y amarrar futuros. En un fútbol donde las promesas pueden desaparecer rápidamente, el Málaga intenta que sus jóvenes talentos no se conviertan en aves de paso.

Rafa: el inesperado protagonista

El caso de Rafa Rodríguez tiene un matiz especial. El centrocampista sevillano, que comenzó la temporada como una pieza emergente, se ha revelado con una contundencia inesperada, cinco jornadas le han bastado para igualar al ‘9’ del equipo en la tabla goleadora. Ironías del destino, mientras los delanteros buscan el gol como un minero excava la veta, el mediocampista se lo encuentra con la naturalidad de quien riega una maceta.

Su contrato, vigente hasta 2028, ya parecía un seguro a largo plazo. Sin embargo, en el fútbol moderno, un papel firmado vale menos que un gol en septiembre. El club quiere elevar su cláusula y ofrecerle mejores condiciones, no solo para retenerlo, sino para enviar un mensaje inequívoco: los nuevos pilares del Málaga no son solo veteranos con nombre, también son canteranos que ayer jugaban en el filial y hoy marcan diferencias en el primer equipo.

Larrubia y la continuidad soñada

Paralelamente, David Larrubia repite lo que pocas veces se escucha en un fútbol dominado por el canto de sirenas foráneas: quiere quedarse. Tras el partido contra el Granada, lo dijo sin rodeos, con esa mezcla de ingenuidad y orgullo que caracteriza a quienes sienten el escudo como una segunda piel. “Quiero ser importante en mi tierra”. No hay metáfora más poderosa que esa confesión sencilla.

El Málaga, consciente de que mantener talento propio es casi un acto de resistencia, busca cerrar cuanto antes la tríada de renovaciones que también incluye a Chupete. No es solo un asunto contractual; es un manifiesto. Blindar a estos jóvenes significa asegurar no solo el presente deportivo, sino un futuro donde la cantera no sea un recuerdo romántico, sino músculo vivo. En tiempos de inestabilidad, la apuesta es clara: continuidad como forma de revolución.

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