En una reciente aseveración que intensifica las tensiones en la región, el presidente ruso Vladímir Putin ha acusado a Ucrania de intentar atacar la central nuclear de Kursk. Esta declaración se produjo durante una reunión gubernamental enfocada en la situación de la región, que ha visto una invasión parcial por parte de fuerzas ucranianas.
«El enemigo intentó hoy por la noche atacar la planta nuclear», afirmó Putin en una transmisión televisiva, añadiendo que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha sido debidamente informado sobre este preocupante desarrollo. Rusia, que controla la planta de Zaporiyia en territorio ucraniano, ha visto cómo el conflicto escalaba con acusaciones de provocaciones y operaciones militares en áreas cercanas a instalaciones nucleares.
Putin mencionó que el OIEA enviará especialistas a Kursk para evaluar la situación sobre el terreno, subrayando la gravedad del asunto. El embajador ruso ante los organismos internacionales en Viena, Mijaíl Uliánov, reiteró este punto, señalando que ya ha discutido los detalles prácticos de la visita con el director general del OIEA, Rafael Grossi.
Las tensiones no se limitan a declaraciones políticas, ya que la región ha experimentado un aumento en la actividad militar. Alexéi Smirnov, gobernador de Kursk, aseguró a Putin que la situación en torno a la planta es estable y está bajo control. Sin embargo, el director general de Rosatom, Alexéi Lijachov, ha alertado de un aumento considerable en el peligro tras ataques ucranianos contra las plantas nucleares de Zaporiyia y Kursk.
La posibilidad de una «provocación» por parte del ejército ucraniano ha sido tema de discusión y preocupación. Lijachov destacó que la situación en Kurchatov, ciudad que alberga la planta atómica de Kursk, es especialmente tensa, con alarmas aéreas activándose múltiples veces al día. Este ambiente de inseguridad y temor para la población local resalta la vulnerabilidad de la infraestructura crítica en medio de conflictos armados.
La comunidad internacional observa con cautela el desarrollo de estos eventos, consciente de las catastróficas consecuencias que cualquier incidente en una planta nuclear podría desencadenar. Con la promesa de una visita del director general del OIEA a la región fronteriza rusa, el mundo espera una resolución pacífica y segura a esta peligrosa escalada de tensiones. Sin embargo, el camino hacia la desescalada parece cada vez más complicado, dadas las profundas divisiones y acusaciones mutuas entre Rusia y Ucrania.
