Rusia analiza la propuesta ucraniana, pero con cautela y escepticismo
El Kremlin ha mostrado una disposición inesperada al afirmar que estudiará con detenimiento el plan de la victoria que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tiene previsto presentar durante su viaje a Estados Unidos. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha asegurado que, cuando reciban el documento de manera oficial, lo analizarán cuidadosamente.
El plan de Zelenski, según medios ucranianos, incluye garantías de seguridad para Ucrania, asistencia económica, compromiso para el suministro de armamento de largo alcance y presiones diplomáticas para forzar a Rusia a sentarse a negociar una solución pacífica.
Sin embargo, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha mantenido en todo momento que cualquier acuerdo de paz debe incluir la permanencia de las regiones ocupadas por Rusia, como Zaporiyia, Jersón, Donetsk y Lugansk, lo que ha sido un obstáculo constante para avanzar en las conversaciones de paz.
El control de los territorios ocupados, el punto de mayor fricción
Mientras Zelenski ha insistido en que cualquier acuerdo de paz debe incluir la devolución de estos territorios, Putin se ha mostrado inflexible en su postura de mantener las zonas bajo control ruso. Esta es la primera vez que el Kremlin promete “estudiar” una oferta de paz como la que presenta Ucrania, lo que podría abrir una pequeña ventana para futuras conversaciones diplomáticas.
Aunque Rusia ha mostrado cierta disposición, las expectativas de una solución pacífica inmediata siguen siendo bajas, sobre todo mientras las Fuerzas Armadas ucranianas continúan avanzando en la región fronteriza de Kursk, en territorio ruso. Los combates recientes en esta área, donde las tropas ucranianas han logrado penetrar en varias ocasiones, complican aún más el panorama para cualquier tipo de acuerdo a corto plazo.
La importancia estratégica de Kursk en el conflicto
Según los analistas, Rusia no considerará seriamente unas negociaciones de paz con Ucrania hasta que consiga expulsar a las tropas ucranianas de la región fronteriza de Kursk, una zona clave para la seguridad del Kremlin. Las tropas ucranianas han logrado abrir nuevas vías de acceso a Kursk, lo que supone un nuevo hito en la guerra y un desafío directo para el control ruso en la región.
Kiev ha divulgado imágenes del avance de sus fuerzas y los combates en territorio ruso, lo que subraya la complejidad del conflicto y lo difícil que sería llegar a un acuerdo de paz sin resolver primero estos enfrentamientos. La situación actual sigue siendo volátil, y aunque el Kremlin ha prometido estudiar la propuesta ucraniana, el avance de la guerra en el terreno continúa siendo el principal obstáculo para una solución negociada.