En los últimos años, el diseño de interiores ha abrazado con fervor la estética escandinava, caracterizada por su simplicidad, funcionalidad y elegancia discreta. La combinación de muebles de madera natural, suelos en espiga y paredes en blanco roto se ha establecido como el arquetipo para lograr el toque escandinavo perfecto en cualquier hogar.
La madera natural ha sido siempre un elemento central en el diseño escandinavo. Su capacidad para aportar calidez y autenticidad a los espacios la convierte en una elección recurrente para muebles y accesorios. Los tonos claros de la madera, como el abedul, el pino o el roble, ayudan a crear un ambiente luminoso y acogedor. Mesas, sillas, armarios y estanterías fabricados con estos materiales no solo son duraderos, sino que también realzan la conexión con la naturaleza, un valor profundamente arraigado en la cultura nórdica.
El suelo en espiga, por otro lado, añade un toque de sofisticación sin romper con la sencillez que define a este estilo. Este patrón de instalación, también conocido como «parquet de espiga», aporta dinamismo y textura al suelo, guiando la vista y ampliando visualmente los espacios. Este suelo suele ser de madera maciza o de alta calidad, garantizando así no solo la estética, sino también la durabilidad.
Las paredes en blanco roto completan este trío armónico. Lejanas de ser monótonas, las tonalidades blanco roto ofrecen una base neutra que amplifica la luminosidad natural, el cual es un valor esencial en los largos inviernos escandinavos. Esta elección de color permite que otros elementos decorativos, como cuadros, plantas o textiles, destaquen sin generar un contraste abrumador.
Varios expertos en diseño de interiores recomiendan esta combinación para aquellos que buscan un hogar que transmita serenidad y funcionalidad. Mónica Carrillo, diseñadora de interiores española, señala: «La estética escandinava va más allá de la moda, es un estilo de vida que promueve el orden, la luz y la conexión con la naturaleza. La utilización de materiales nobles y colores claros crea no solo un ambiente acogedor, sino también uno que invita al bienestar».
Asimismo, la versatilidad de estos elementos permite personalizar los espacios según los gustos individuales. Cojines de colores vivos, alfombras con patrones geométricos y plantas de interior son algunas de las recomendaciones para quienes desean añadir un toque personal sin renunciar a la esencia del diseño escandinavo.
En tiempos donde la simplicidad y la funcionalidad se han convertido en prioridades, esta combinación ha demostrado ser una apuesta segura. Los muebles de madera natural, suelos en espiga y paredes en blanco roto no solo cumplen con las expectativas estéticas, sino que también mejoran la calidad de vida al crear ambientes armónicos y bien equilibrados. Un estilo que, sin duda, seguirá marcando tendencia en los años venideros.