El alcalde de Puertollano, Miguel Ángel Ruiz, ha manifestado su descontento con la falta de coordinación y comunicación efectiva entre el Gobierno de España y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha durante la emergencia municipal provocada por el apagón histórico ocurrido este lunes. Ruiz, acompañado por el concejal de Seguridad, José Antonio Barba, y el jefe de Policía Local, Antonio Fernández, ha señalado que durante la crisis «fallaron absolutamente todos los sistemas de comunicación», a excepción de una tecnología analógica que los bomberos lograron rescatar y el recurso del «boca a boca».
En una rueda de prensa, Ruiz explicó que tuvo conocimiento de la actividad de los responsables de Emergencia de la Junta únicamente cuando se inició un plan para llevar comida a 700 personas que quedaron atrapadas en la vía a la altura de la Venta de la Inés, en el Valle de Alcudia. «Salvo ese contacto puntual no hubo ninguna relación con los servicios de emergencia de la Junta», afirmó, recordando que solo recibieron un mensaje sobre la falta de funcionamiento del sistema de alerta y la necesidad urgente de suministros para 350 personas atrapadas en Brazatortas.
El alcalde subrayó la necesidad de «analizar la situación y aprender de los errores» ocurridos durante el incidente. «En estas situaciones de caos, hay quien toma decisiones y quien espera a que otros las tomen por ellos», afirmó, resaltando su papel como alcalde en el esfuerzo por garantizar la seguridad de los viajeros.
Ruiz también agradeció el trabajo de la Policía Local, la Policía Nacional, Protección Civil y la Guardia Civil, así como la colaboración de asociaciones locales y particulares, que ofrecieron comida y alojamiento a los afectados. Destacó la labor del autoservicio Vigar y de la empresa de autobuses de Julián Rivilla, que ayudaron a atender a los viajeros.
En cuanto al complejo petroquímico de la ciudad, el alcalde aseguró que está operando en «modo seguro» y requerirá entre tres y cuatro días para reanudar sus operaciones, aunque tranquilizó a la población al informar que no se han registrado incidentes graves, salvo molestias ocasionadas por humo durante el proceso de combustión.
Los momentos más críticos del apagón se vivieron en la estación del AVE, donde alrededor de 1.200 pasajeros fueron rescatados tras quedar parados en convoys. Muchos de ellos recorrieron grandes distancias a pie, llegando a la estación exhaustos y desorientados. Aunque varios lograron reservar alojamiento, muchos otros quedaron sin atención adecuada.
El alcalde estuvo presente en la estación, coordinando los esfuerzos de rescate y atención a los pasajeros, mientras que efectivos de diferentes cuerpos de seguridad y voluntarios trabajaron para ofrecer comida y agua a los afectados, incluyendo bocadillos especiales para personas musulmanas. Los pasajeros fueron finalmente trasladados al pabellón Antonio Rivilla, desde donde se organizaron autobuses hacia Andalucía, todo bajo la dirección y supervisión municipal.
