El diputado del Grupo Parlamentario Socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha, Fernando Mora, ha manifestado su descontento ante las declaraciones efectuadas por el consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid y presidente del Canal de Isabel II, Carlos Novillo, acerca de los criterios de depuración de aguas en la región madrileña. Mora ha hecho énfasis en la necesidad de que la Comunidad de Madrid colabore para remediar la situación del río Tajo, al cual ha descrito como «un río esquilmado».
En respuesta a las afirmaciones de Novillo, quien el martes aseguró que el Canal de Isabel II aplica «criterios de depuración de agua muy estrictos», Mora reaccionó el miércoles pidiendo un avance continuo en la restauración de la cuenca fluvial del río Tajo y en el cese del trasvase al Levante. A través de una nota de prensa lanzada por el PSOE, recalcó la importancia de ejecutar el plan de la cuenca del Tajo y de respetar los nuevos flujos ecológicos estipulados en dicho plan.
Mora ha criticado la calidad del agua del Jarama, afluente del Tajo, alegando que «es justamente el río que más contamina de España» y que aporta más del 60% del caudal del Tajo en Toledo y Talavera. Ha argumentado que las acciones de la Comunidad de Madrid dan la impresión de pretender incumplir con las sentencias del Tribunal Supremo en lo que respecta a los caudales ecológicos necesarios para la preservación del Tajo.
El parlamentario socialista mostró también desacuerdo con la postura de la Comunidad de Madrid sobre la modificación del Plan Hidrológico Nacional. Madrid aspira a una reforma que, según Mora, intenta eludir el cumplimiento de cinco sentencias del Tribunal Supremo que respaldan los nuevos caudales ecológicos. Por otro lado, Castilla-La Mancha demanda un cambio que no se ciña exclusivamente a la cuenca del Tajo.
Mora ha reafirmado que, al igual que Madrid, Castilla-La Mancha tiene derecho a un acceso al agua «en suficiencia, en cantidad y en calidad». No obstante, ha subrayado la reivindicación de su región de contar con «un río limpio y aprovechable» y que los volúmenes de agua desviados hacia el Levante se reduzcan significativamente respecto a los niveles históricos.
