El pasado domingo, Mary Chatanda, presidenta del ala femenina del partido CCM del Gobierno de Tanzania, generó una gran polémica al plantear la propuesta de someter a castración a los hombres homosexuales como castigo por lo que ella considera una «perturbación de la moral» en el país africano. Esta iniciativa se suma a los crecientes incidentes de discriminación y estigmatización hacia la comunidad LGBT en la región, en un clima de preocupación internacional por los derechos humanos de esta población.
Chatanda realizó estas declaraciones en un encuentro con mujeres líderes de su partido en la región de Tanga. En su discurso, también argumentó que la homosexualidad es una práctica importada de Occidente y que no es innata entre su gente. «Estas cosas no- africanas provocan la propagación del SIDA, por lo que hay hombres que perturban la moral y son la causa del debilitamiento de nuestra economía nacional», sentenció.
La presidenta del ala femenina del partido en el Gobierno de Tanzania insistió en la responsabilidad del Estado de poner fin a estas prácticas y de proteger a las mujeres y a las familias de estas «influencias extranjeras». «La castración es una solución que puede ayudar a frenar la propagación de esta tendencia y puede resultar efectiva si se impone como castigo a los homosexuales», añadió Chatanda.
Esta propuesta ha provocado una gran indignación entre organismos internacionales de defensa de los derechos humanos y activistas del colectivo LGBT quienes consideran que este tipo de iniciativas solo contribuyen a aumentar la discriminación, la violencia y la persecución hacia la población homosexual. En Tanzania, la homosexualidad es considerada un delito según su legislación y se castiga con penas de prisión que pueden llegar hasta los 30 años.
Esta no es la primera vez que el Gobierno de Tanzania adopta medidas polémicas y discriminatorias frente a la comunidad LGBT. En 2018, Paul Makonda, gobernador de la capital económica Dar es Salam, puso en marcha un operativo para la detención y persecución de personas homosexuales, generando una ola de arrestos y desplazamientos forzados.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han expresado su preocupación por el deterioro de la situación de la comunidad LGBT en Tanzania y han instado al Gobierno a poner fin a las prácticas discriminatorias y a garantizar los derechos de este colectivo.
La propuesta de Mary Chatanda es un grave recordatorio del largo camino que todavía queda por recorrer en la lucha por la igualdad y el respeto a los derechos de todas las personas, independientemente de su orientación sexual. Es vital que la comunidad internacional y las organizaciones de defensa de los derechos humanos continúen presionando a los gobiernos que implementan este tipo de políticas para que cambien su enfoque y garanticen la protección y el respeto a sus ciudadanos.
La castración de hombres homosexuales como castigo no solo representa un retroceso en materia de derechos humanos, sino que también perpetúa el estigma y la discriminación hacia la comunidad LGBT. Es fundamental que, en lugar de proponer medidas punitivas y violentas, los líderes políticos trabajen en generar un ambiente de inclusión, respeto y entendimiento hacia las diferencias. Aún queda mucho camino por recorrer, y esfuerzos como éste nos recuerdan la importancia de seguir luchando por una sociedad más igualitaria e inclusiva.
