Promoviendo el Diálogo: Estrategias para Alcanzar Consenso y Evitar Bloqueos Partidistas

Después de cinco años y medio de espera, finalmente se alcanzó un acuerdo. El Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) han pactado los nombres de los próximos 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Sin embargo, el acuerdo abre un nuevo conjunto de preguntas sobre el futuro del sistema de elección de los vocales, y cómo estos garantizarán su independencia y evitarán los excesos partidistas.

El documento firmado establece que en los próximos seis meses, el nuevo CGPJ elaborará un informe sobre los sistemas europeos de elección de los miembros de los Consejos de la Magistratura similares al español. Esta tarea no presenta dudas significativas. Sin embargo, también se requiere que presenten una «propuesta de reforma del sistema de elección de los vocales designados entre jueces y magistrados». Esta propuesta deberá ser aprobada por una mayoría de tres quintos y garantizar su independencia, así como la participación directa de jueces y magistrados.

Las interpretaciones del acuerdo difieren entre los partidos. Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y responsable de la negociación por parte del PSOE, considera que el mandato no necesariamente implica un modelo concreto, mientras que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sostiene que la fórmula debe implicar que los jueces elijan a los vocales.

Los vocales propuestos han adoptado una postura prudente, aún sin tomar posesión de sus cargos. Algunos señalan que primero deben estudiar el alcance del mandato y determinar si están obligados a proponer una reforma específica. Además, se espera que realicen un análisis de derecho comparado para evaluar los pros y contras de cada sistema de elección, y que este análisis sea técnico y no político.

Uno de los futuros vocales subraya que el CGPJ no es un órgano legislativo y que su tarea principal debería ser realizar un estudio comparado para que luego el poder legislativo decida lo conveniente. Además, deberán analizar las deficiencias del sistema actual, como la capacidad de uno de los principales partidos para impedir la renovación del órgano durante años, y proponer posibles soluciones.

Actualmente, los jueces ya participan en la elección de los vocales judiciales, aunque de manera indirecta. La participación podría ampliarse permitiendo una votación directa previa entre los jueces, lo que reduciría la lista de candidatos sobre la cual decidirían las Cámaras legislativas y así asegurar mayor independencia judicial. Este cambio podría alinearse mejor con las recomendaciones de la Comisión Europea.

Requisitos de la Unión Europea

La Comisión Europea ha solicitado que el sistema de elección de los vocales se adapte a las «normas europeas», que recomiendan que los jueces sean elegidos por sus pares. Aunque no hay una norma comunitaria específica que lo exija, esta recomendación se ha convertido en una posición firme dentro de la UE, especialmente en el contexto de amenazas a la independencia judicial en países como Hungría y Polonia.

Los modelos en Europa varían considerablemente. En algunos países, como Italia, los jueces eligen directamente a una parte significativa de los miembros de los consejos de la magistratura. En otros, como Portugal y Bélgica, también hay una participación notable de los jueces. No obstante, cada país debe garantizar no solo la independencia de los jueces, sino también su apariencia de independencia.

El primer paso está en manos de los nuevos vocales del CGPJ, quienes deben estudiar todas las opciones posibles y alcanzar un consenso por mayoría de tres quintos. Félix Bolaños asegura que «los vocales deciden» y que está en sus manos encontrar una fórmula de consenso. Borja Sémper, portavoz nacional del PP, también opina que se debe dar espacio a los vocales para trabajar y llegar a un acuerdo que cumpla con las orientaciones de la UE.

El futuro del CGPJ y la reforma del sistema de elección de sus vocales serán cruciales para garantizar la independencia judicial y evitar los excesos partidistas que han afectado al órgano en el pasado.

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