La velada entre Begoña y Fernando en First Dates se perfiló desde el inicio como un desafío monumental para ambos. Desde su llegada, Begoña, una pensionista de 48 años proveniente de Madrid, dejó muy claro qué buscaba: un hombre de buen ver, con músculos, alegría, y un toque español, alejado de la calvicie. Con un entusiasmo casi contagioso, describió a su ideal masculino, inspirándose incluso en el carismático Damon Salvatore de Crónicas vampíricas. Sin embargo, la realidad se presentaba muy distinta.
Fernando, un madrileño de 50 años y jefe de turno en una empresa de seguridad, no encajaba en el perfil que Begoña había esbozado. Su llegada fue recibida con resquemor, e incluso su primera impresión fue compararlo con el famoso humorista Cantinflas. Aunque a él le parecía una mujer «atractiva», esa percepción no se reflejó en la reacción de Begoña, que se mostró reservada y distante desde el minuto uno.
La conversación rápidamente reveló puntos en común: ambos acababan de atravesar un divorcio y compartían el reto de manejar la nueva dinámica familiar con sus hijos. Pero, aun así, Begoña parecía perder el interés, dejando entrever que no había conexión alguna. Su actitud pasiva se tornó evidente cuando, fuera de cámara, afirmó con desdén que su cita no le importaba en absoluto.
A medida que avanzaba la noche, los comentarios de Begoña se tornaron más críticos. Analizó el aspecto de Fernando sin reparo y dejó claro que sus preferencias estéticas se apartaban radicalmente de lo que tenía frente a él. Luego, un giro inesperado en la conversación acerca del sexo llevó la incomodidad al máximo. Mientras Fernando se mostraba más reservado, Begoña expresó sin sutilezas que lo que él proponía no era suficiente para ella.
El momento culminante se dio cuando se vieron obligados a compartir un beso. La situación resultó incómoda y, al finalizar la cena, Fernando mostró interés en una segunda cita, pero la respuesta de Begoña fue categórica: «físicamente no eres la persona que me atraiga como para tener una relación». Con esa afirmación, ella selló el destino de su cita y abandonó el restaurante, dejando claro que en este reality nadie sobrevive sin al menos un poco de química.