El presidente Donald J. Trump ha dado un paso significativo hacia la modernización de la industria nuclear estadounidense al firmar una orden ejecutiva que reformará la Comisión Reguladora Nuclear (NRC). Esta acción busca reducir la dependencia de tecnologías extranjeras, disminuir las barreras regulatorias y respaldar la industria nuclear nacional en un esfuerzo por reestablecer a Estados Unidos como líder global en energía nuclear.
La nueva directiva exige a la NRC completar en un plazo de 18 meses la revisión exhaustiva de sus regulaciones y guías, buscando un equilibrio entre las preocupaciones de seguridad y los beneficios que la energía nuclear aporta tanto a la economía como a la seguridad nacional. Entre las reformas destacadas se incluye la fijación de plazos fijos para la evaluación y aprobación de licencias, con un límite de 18 meses para la construcción de nuevos reactores y 12 meses para la operación continua de reactores existentes. Además, se adoptarán límites de radiación basados en la ciencia, se revisarán las regulaciones sobre el cumplimiento de la Ley Nacional de Política Ambiental y se establecerá un camino expedito para la aprobación de diseños de reactores previamente probados por el Departamento de Defensa o el Departamento de Energía.
La orden también contempla cambios en la cultura y la organización de la NRC. Se apunta a que la agencia considere no solo los aspectos de seguridad, salud y medio ambiente, sino también los beneficios económicos y de seguridad nacional que conlleva la energía nuclear. Esto implica una reestructuración que promoverá el procesamiento ágil de solicitudes de licencias y la adopción de tecnologías innovadoras, así como la creación de un equipo dedicado a redactar las nuevas regulaciones.
Trump ha enfatizado su compromiso de convertir a Estados Unidos en un líder mundial en energía nuclear, lo que se espera que genere decenas de miles de empleos bien remunerados y promueva la prosperidad y resiliencia norteamericana. Desde 1978, solo dos nuevos reactores han comenzado su construcción y entraron en operación comercial, lo que contrasta marcadamente con la intención del presidente de firmar varias órdenes ejecutivas que buscan inducir un «renacimiento nuclear» en el país.
Se alega que la NRC ha mantenido una cultura excesivamente conservadora que ha impedido la licencia de nuevos reactores, incluso cuando los avances tecnológicos prometen hacer que la energía nuclear sea más segura, asequible y abundante. La orden establece que la política de EE. UU. debe facilitar el aumento de la capacidad nuclear, aumentando de aproximadamente 100 GW a 400 GW de aquí al 2050.
Finalmente, Trump ha convocado a garantizar la independencia energética, subrayando la importancia de aprovechar todas las formas de energía confiable, incluyendo la nuclear y los combustibles fósiles, para seguir impulsando el crecimiento económico del país. Con esta iniciativa, se espera no solo revivir el sector nuclear, sino también mejorar la balanza comercial de EE. UU. y reforzar su posición competitiva frente a potencias extranjeras adversarias.
Fuente: WhiteHouse.gov