En un acto que busca proteger tanto la economía nacional como la seguridad alimentaria de los estadounidenses, el presidente Donald J. Trump firmó una nueva orden ejecutiva destinada a combatir la fijación de precios y las prácticas anticompetitivas en la cadena de suministro de alimentos. Con esta medida, el mandatario busca hacer frente a los desafíos que representan el aumento de los precios en los supermercados y la influencia extranjera en el mercado alimentario.
La orden establece la creación de un Grupo de Trabajo sobre Seguridad de la Cadena de Suministro de Alimentos, que operará bajo la supervisión del Fiscal General y del presidente de la Comisión Federal de Comercio. Ambos organismos tendrán la tarea de investigar de manera proactiva posibles colusiones y comportamientos anticompetitivos en el sector alimentario. Además, están facultados para llevar a cabo acciones de cumplimiento y sugerir nuevas regulaciones que busquen restaurar la competencia en este crucial sector.
Trump subrayó la importancia de garantizar que los precios de los alimentos sean accesibles para todas las familias estadounidenses, resaltando que el comportamiento anticompetitivo amenaza no solo la estabilidad de los precios, sino también la independencia alimentaria del país. En años recientes, diversas compañías del sector alimentario han enfrentado demandas millonarias por prácticas de fijación de precios, lo que indica una problemática enraizada que necesita atención urgente.
Este grupo de trabajo también abordará la creciente preocupación de que empresas controladas por intereses extranjeros están adquiriendo presencia en segmentos clave del mercado alimentario, lo cual podría implicar riesgos para la seguridad nacional al incrementar los costos de los productos esenciales. Trump enfatizó que la lucha contra las prácticas anticompetitivas es crucial para evitar que las familias estadounidenses sigan soportando el peso de facturas más altas en sus compras diarias.
El presidente también se ha comprometido a reducir la inflación que actualmente afecta a muchas familias. La recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores es una prioridad, y los esfuerzos por ofrecer al mercado una competencia justa son parte de su estrategia. Desde la llegada de esta administración, se han implementado recortes fiscales significativos y se han realizado investigaciones sobre las grandes empresas de procesado de carne, buscando frenar prácticas que afectan directamente el bolsillo de los ciudadanos.
Aunque el impacto de estas políticas no se verá de inmediato, la Casa Blanca se muestra optimista sobre el progreso y la dirección hacia la que se encamina la economía. La administración Trump asegura que continuará trabajando diligentemente para reducir los costos y ofrecer más alivio a las familias estadounidenses, en un momento en que la estabilidad económica es más crucial que nunca.
Fuente: WhiteHouse.gov
