El presidente Donald J. Trump ha tomado una decisión contundente en el ámbito comercial al firmar una proclamación que impone tarifas sobre las importaciones de madera, troncos y productos derivados. Esta medida, respaldada por la Sección 232 de la Ley de Expansión del Comercio de 1962, busca no solo fortalecer la industria maderera estadounidense, sino también proteger la seguridad nacional.
Las nuevas tarifas son significativas: un 10% sobre el alquiler de madera blanda y un 25% sobre ciertos muebles tapizados, que se incrementará a un 30% en el nuevo año. Además, las tarjeas para armarios de cocina y tocadores comenzarán en el 25% y llegarán al 50%. Sin embargo, aquellos países que estén dispuestos a dialogar con los EE. UU. sobre la amenaza que representan estas importaciones podrán negociar alternativas a estas tarifas.
Esta política no es solo una respuesta a las preocupaciones económicas. Trump y su administración han argumentado que la dependencia excesiva de madera importada puede poner en riesgo no solo la industria de la construcción, sino también las capacidades de defensa del país. Con un gasto militar que supera los diez mil millones de dólares anuales en construcción, la necesidad de asegurar una producción interna de madera se vuelve crucial.
Desde 2016, Estados Unidos ha sido un importador neto de madera, a pesar de contar con la capacidad de producir el 95% de su consumo proyectado para 2024. Esta dependencia ha sido alimentada por subsidios extranjeros y prácticas comerciales desleales que distorsionan el mercado y afectan la competitividad de la industria local.
El presidente ha enfatizado que esta medida es parte de un enfoque más amplio para garantizar que las políticas comerciales y de desarrollo industrial sirvan a los intereses nacionales. Desde el inicio de su mandato, Trump ha implementado una política de comercio «América Primero», utilizando tarifas bajo la misma Sección 232 para proteger diversas industrias esenciales para la seguridad nacional, como la del acero y el aluminio.
Con este nuevo enfoque hacia el sector maderero, la administración Trump subraya la importancia de construir una resiliencia económica que permita a Estados Unidos depender menos de las cadenas de suministro extranjeras y más de su propia capacidad productiva. La promoción de la industria nacional, junto con la defensa de la economía, sigue siendo una prioridad en un contexto global cada vez más competitivo y desafiante.
Fuente: WhiteHouse.gov