President Donald J. Trump: Recuperando la Ciencia del Patrón Oro en América

El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, ha firmado un nuevo decreto ejecutivo que marca un hito en su agenda de políticas científicas, con el objetivo de restaurar lo que se denomina «Ciencia de Oro» como pilar fundamental de la investigación federal. Esta medida busca reconstruir la confianza del pueblo estadounidense en la ciencia al establecer principios claros y rigurosos que guíen la investigación y la toma de decisiones en las agencias gubernamentales.

La «Ciencia de Oro» se define por su reproducibilidad, transparencia y falsabilidad. Además, promueve una revisión por pares libre de sesgos, enfatiza la necesidad de reconocer errores y incertidumbres, y alienta la colaboración interdisciplinaria. Un aspecto clave de esta iniciativa es su rechazo a los conflictos de interés y su aceptación de resultados negativos como oportunidades valiosas para el avance del conocimiento.

Con el decreto, Trump instruye a las agencias federales a alinear sus programas actuales y futuros con estos principios de ciencia rigurosa. La orden restablece las políticas de integridad científica implementadas durante su primera administración, las cuales aseguran que la ciencia no sea manipulada para fines políticos, y que las agencias prioricen la transparencia de datos y la evaluación objetiva de los hallazgos científicos.

El Director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica deberá emitir, en un plazo de 30 días, directrices sobre cómo adoptar los principios de Ciencia de Oro, y se espera que informe sobre los avances en su implementación dentro de 60 días. Las agencias también deberán compartir públicamente toda la información científica, incluidos datos y modelos, para garantizar una comunicación clara y precisa.

A lo largo de los últimos años, la administración ha señalado que el «interferir» en la ciencia por motivos políticos ha socavado la confianza pública. Se citan ejemplos de la administración de Biden, donde se criticó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) por incorporar cambios sugeridos por sindicatos de maestros en sus directrices sobre la reapertura de escuelas, un movimiento que contradijo la evidencia científica disponible al respecto. Estas acciones han llevado a la percepcion de una falta de rigor y objetividad en las decisiones tomadas por las agencias gubernamentales.

Trump se manifiesta como defensor de un enfoque que fomente un intercambio abierto de ideas y garantice que los empleados no sean desalentados al considerar opiniones científicas alternativas.

Este decreto es presentado como una parte integral de una visión más amplia para asegurar la preeminencia científica y tecnológica de América a nivel global. Desde su toma de posesión, el presidente ha priorizado áreas clave de investigación como inteligencia artificial, ciencia de la información cuántica y biotecnología, al tiempo que busca promover oportunidades de desarrollo educativo y profesional para la juventud en estas áreas.

El impulso por establecer estándares de ciencia rigurosos es una clara tentativa de resucitar y consolidar la fe pública en la ciencia como herramienta para el bienestar de la población estadounidense y el desarrollo sostenible del país. El presidente enfatiza que la implementación de estas políticas no solo tiene como objetivo la transparencia en la ciencia, sino que también legitima su uso en la elaboración de políticas que impacten positivamente en la vida de los ciudadanos.

Fuente: WhiteHouse.gov

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