El fútbol une al mundo. No lo decimos nosotros, lo dicen Leo Messi y Cristiano Ronaldo en el más famoso de los spots del Mundial de Qatar 2022. Realizado por la FIFA, el video ensalza los valores de la unión, la esperanza, la pasión y la alegría, sentimientos, reacciones y expresiones que se viven habitualmente en los estadios y que potencian eventos de carácter mundial como la Copa del Mundo.
En estas últimas semanas hemos visto abrazos, besos, celebración y cánticos, pero también llanto, decepción y tristeza, como en la vida misma. Pero, ¿por qué nos apasiona tanto este deporte? ¿Por qué nos identificamos tanto con los astros del balón? En el fútbol se proyectan muchos más aspectos de cada uno los aficionados que la simpatía hacia un equipo y la admiración por su forma de jugar, responde la psicóloga Pilar Conde.
Habla la directora técnica de Clínicas Origen de empatía en estado puro: expectativas y frustración. Su victoria es la nuestra, su derrota también. Todo ello potenciado por la rivalidad con el otro y el ritmo de la acción deportiva. Si al cóctel le unimos el hecho de que la roja, en nuestro caso, representa al país, nos encontramos con otro elemento muy importante de la vida de los individuos, que no es otro que la pertenencia al grupo. Somos seres sociales, recalca la experta, y pertenecer a un colectivo nos produce bienestar.
Si ese grupo es la nación, todos se unen en torno a dicho sentido, dejando a un lado las discrepancias de otro tipo, las políticas, por ejemplo.
El Mundial, reconoce la experta, es todo un hito, no sólo para habituales de los estadios y entendidos. Tanto es así que cuando nuestra selección es eliminada buscamos un nuevo conjunto al que seguir, que suele coincidir, en la mayoría de los casos, con la escuadra más humilde, con quien se estrena en el mundial o el que tiene menos probabilidades de ganar. La empatía vuelve aquí a hacer su aparición, aparte de que su vulnerabilidad activa la necesidad de ayudar que tenemos los seres humanos, añade Conde.
Así que sí, el fútbol une al mundo, como dice la FIFA. Si bien, hay que tener cuidado con mezclar esa pasión, esa ilusión, con otros problemas culturales o con sentimientos destructivos. Entonces llegan el odio, los disturbios, las peleas y agresiones, y nadie gana.
Pilar Conde es psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen