El equipo genera ocasiones pero carece de verticalidad, agresividad y determinación ofensiva en la finalización de las jugadas clave
El Athletic está atravesando un momento complicado en su rendimiento ofensivo. A pesar de que el equipo logra crear oportunidades durante los partidos, estas no se transforman en goles. En el último encuentro, quedó evidente que el uso reducido de centros laterales está limitando las opciones en el área. Cuando el equipo consigue llegar a la línea de fondo, las jugadas a menudo terminan sin un centro claro o con decisiones equivocadas que no contribuyen al ataque.
El problema se ve agravado por la falta de definición frente a la portería. Los atacantes del Athletic parecen dudar en el momento clave, optando por disparos lejanos que no son del todo efectivos, en lugar de buscar opciones más claras dentro del área. Esta falta de agresividad en su juego diluye las ventajas que consiguen tras recuperar el balón en campo rival, lo que se traduce en una ausencia de eficacia en la finalización.
La falta de inspiración de Iñaki Williams y Oihan Sancet agrava la crisis goleadora rojiblanca
En términos individuales, Iñaki Williams y Oihan Sancet, dos de los jugadores más destacados del equipo, no están en su mejor momento. Sin la velocidad de Williams ni la creatividad que aporta Sancet, el Athletic ha perdido profundidad en sus ataques. La conclusión es clara: el equipo debe simplificar su juego ofensivo, reenfocándose en cargar el área y reencontrando su esencia de verticalidad. Solo así podrán los delanteros recuperar su mejor versión y traducir el esfuerzo en goles, especialmente en un momento en que la ausencia de Nico Williams también pesa en el rendimiento del equipo.