El personaje animado de Popeye el Marino, adorado universalmente por generaciones, tiene sus raíces en la realidad más que en la ficción. Inspirado por Elzie Crisler Segar, el creador de Popeye, en una persona real de su entorno, el origen del famoso marinero se ha mantenido como un dato curioso en la historia de la animación. La identidad del inspirador de Popeye fue un misterio por mucho tiempo, hasta que la dedicación de un homenaje a Segar en su ciudad natal, Chester, reveló de manera sutil pero firme la conexión entre Segar, Popeye y un tal Frank “Rocky” Fiegel.
Fiegel, nativo de Polonia que se trasladó a Illinois, Estados Unidos, en su infancia, compartía varias características con el mítico marinero animado. Desde joven, Fiegel se embarcó en la vida marinera y se destacó por su destreza en el boxeo, ganándose la reputación de nunca perder una pelea. Era conocido por sus relatos de victorias en peleas callejeras, lo que lo hizo merecedor del apodo de “Rocky”. Sin embargo, a pesar de su aparente dureza, Fiegel poseía una sensibilidad especial hacia los niños, a quienes atraía con historias de sus aventuras.
Segar, fascinado por las hazañas de su vecino y amigo, encontró en Fiegel la inspiración perfecta para el personaje de Popeye. Fiegel, con su pipa, su ojo parcialmente cerrado y su mandíbula prominente, se convirtió en el modelo a seguir para el marinero que pronto capturaría el corazón de audiencias alrededor del mundo. Curiosamente, el nombre “Popeye” se deriva de la expresión «pop-eye», haciendo alusión al distintivo ojo «saltón» de Fiegel. Con su permiso expreso, Segar utilizó su imagen para dar vida a Popeye, y en agradecimiento a su consentimiento y como un gesto de amistad, ayudó económicamente a Fiegel cuando las tiras cómicas alcanzaron fama mundial.
La relación entre Segar y Fiegel, marcada por la creación de Popeye y la contribución inestimable de Fiegel al personaje, perduró a lo largo de sus vidas. Este vínculo no solo muestra la profundidad de su amistad sino también el impacto real que personas ordinarias pueden tener en la creación de iconos culturales. La historia de Popeye, lejos de ser una mera ficción, es un homenaje a la vida y las aventuras de Frank “Rocky” Fiegel, el hombre detrás del marinero más querido del mundo animado.
