Este lunes, las fuerzas de seguridad polacas respondieron con rapidez a una amenaza en el corazón de Varsovia, donde un dron sobrevolaba edificios gubernamentales. El primer ministro Donald Tusk anunció la «neutralización» del dispositivo, que se encontraba sobre el Palacio Belweder, sede de la presidencia. En una acción coordinada, se detuvo a dos ciudadanos bielorrusos que supuestamente estaban detrás del incidente, lo que llevó a iniciar una investigación por parte de la Policía.
Este evento ocurre en un contexto de creciente tensión en la región, ya que hace apenas una semana, Polonia interceptó drones rusos que ingresaron a su espacio aéreo, un hito que Tusk calificó de «el momento más cercano a un conflicto abierto desde la Segunda Guerra Mundial». La seguridad nacional se ha visto intensamente afectada; el despliegue de cazas F-35 para derribar los drones rusos marca un cambio significativo en la postura defensiva del país.
La situación se complica aún más con las tensiones entre Polonia y Bielorrusia, exacerbadas por maniobras militares rusas en la frontera. Desde el cierre de las fronteras el 11 de septiembre, Polonia ha tomado medidas adicionales, incluyendo la detención de un presunto espía bielorruso y la expulsión de un diplomático implicado en actividades de espionaje. Las autoridades locales recalcan la efectividad de su intervención y llaman a la población a mantener la calma en tiempos de incertidumbre.
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