El doctor David Vauzour, catedrático asociado de Nutrición Molecular en la Facultad de Medicina de Norwich en la Universidad de East Anglia del Reino Unido, ha destacado la importancia de los polifenoles en la prevención de enfermedades neurodegenerativas. Según varios estudios en humanos y animales, aquellos que consumen polifenoles tienen acciones neuroprotectoras en el cerebro.
En uno de los ensayos con humanos, se les dio un cuenco de arándanos al día y se observó que aquellos que los consumían tenían una mejor memoria en comparación con los que no. Esto estaba relacionado con un aumento de flavonoides en el cuerpo, lo mismo que ocurría en los ensayos con ratas a las que se les dio este fruto, ya que tenían un mejor aprendizaje.
Además, se ha puesto de manifiesto la relación entre el microbioma, el intestino y el cerebro. Al modular la microbiota intestinal, se pueden desarrollar estrategias novedosas para regular la función cerebral. Por lo tanto, es importante realizar intervenciones dietéticas que contengan nutrientes y bioactivos alimentarios, como los polifenoles, para promover un envejecimiento más saludable.
Otro descubrimiento interesante es el papel de la oleuropeína, una molécula presente en las aceitunas verdes, en pacientes con osteoartritis. Se ha demostrado que la oleuropeína reduce la resistencia y crea un entorno protector frente a la degradación de los tejidos. Además, mejora la diferenciación de las células madre y reduce la adipogénesis.
En cuanto al consumo de alcohol, el profesor de Psiquiatría en la Universidad de Medicina de Viena, Michael Musalek, señala que es importante diferenciar entre beber alcohol por placer y hacerlo por sus efectos psicotrópicos. A dosis bajas y de forma ocasional, el alcohol puede tener efectos positivos como euforia y deshinibición, pero es importante ser consciente de la dosis para evitar consecuencias negativas.
Por último, se destaca la importancia de adoptar un estilo de vida mediterráneo, que se ha demostrado tener beneficios para la salud. Según estudios, la dieta mediterránea tiene menos casos de enfermedades que otras dietas, incluso las bajas en grasa. Se busca crear directrices claras y accesibles para el público, especialmente para los jóvenes, que demuestran estar más abiertos a cambiar sus hábitos y tener curiosidad por llevar una vida saludable.
En resumen, el consumo de polifenoles, como los encontrados en los arándanos y las aceitunas verdes, puede tener efectos neuroprotectores y mejorar la salud cerebral. Es importante tener en cuenta la relación entre el microbioma y el cerebro, así como mantener una dieta equilibrada y seguir un estilo de vida saludable para prevenir enfermedades y promover un envejecimiento saludable.
