En una nueva entrega de «Demos: el gran sondeo», el programa de Telecinco se vio envuelto en una polémica significativa, marcando otro episodio controvertido en su historia. El debate giraba en torno al impacto negativo de la proliferación de viviendas turísticas en España. Sin embargo, fue una declaración audaz de un miembro del público lo que encendió la mecha del debate y transformó el plató en un campo de batalla de opiniones.
Armesilla, participante de la grada de los 40 años, preparó el terreno anunciando que haría «la cosa más polémica que se ha dicho en este programa». Su exposición sobre el dramático encarecimiento de los inmuebles destinados al turismo, en detrimento de los residentes locales, tomó un giro inesperado cuando comparó las políticas habitacionales durante la dictadura franquista con la situación actual. «Franco fue más socialista que el PSOE», afirmó, provocando un tumulto en el plató y haciendo imposible que concluyera su punto.
La propuesta central de Armesilla se basaba en la creación de un instituto nacional de la vivienda que facilitara el acceso a viviendas de protección oficial a gran escala, un esquema reminiscente de épocas pasadas en España, aunque esta vez, planteado para beneficiar a una gama más amplia de la población.
La intervención no solo levantó una tormenta de reacciones encontradas entre los asistentes, sino que también puso en una posición incómoda a Risto Mejide, el presentador del programa, quien tuvo que navegar entre el deseo de censura y la demanda popular de dar espacio a todas las voces. La situación alcanzó un punto crítico cuando Mejide sugirió, no sin cierta ironía, eliminar del acta la controvertida alusión a Franco y el PSOE, pregunta que lanzó a su audiencia activando un sistema de votación instantáneo.
A pesar de la controversia inicial y la propuesta de Mejide de omitir la declaración del acta, la mayoría de los presentes en el estudio demostraron su apoyo a Armesilla, iluminando el plató con el color verde, un claro indicativo de la voluntad del pueblo de registrar oficialmente su intervención. Este gesto forzó al presentador a ceder ante la demanda popular, evidenciando así la complejidad de abordar temas delicados en espacios públicos de discusión y reflexión.
Este episodio resalta una vez más la tensión existente en el debate público español sobre la memoria histórica y las políticas sociales, demostrando la capacidad de programas como «Demos: el gran sondeo» para provocar diálogos necesarios, aunque polarizantes, en la sociedad contemporánea.