En una sentida ceremonia en la que se congregaron familiares, autoridades y ciudadanos, la ciudad de Puertollano ha rendido un merecido homenaje al ilustre escultor Pepe Noja, otorgando su nombre a la plaza que alberga su monumental obra, el «Monumento al Minero». Este emotivo tributo, que coronó un profundo vínculo entre el artista y la ciudad, tuvo lugar en el puente de San Agustín, uniendo pasado, presente y futuro en un espacio de reconocimiento y memoria.
Al pie del Cerro Santa Ana se alza desde 1983 la imponente figura del minero de bronce, un símbolo que refleja la esencia y los valores de los hombres de la mina: bondad, trabajo y lucha. Es obra de Pepe Noja, la mente creativa que logró encarnar en la escultura no solo la identidad de la profesión sino el espíritu resiliente de una comunidad. La inauguración original del monumento congregó a unas cinco mil personas, testimonio de su impacto en la memoria colectiva local.
El alcalde de Puertollano, Miguel Ángel Ruiz, acompañado de los tres hijos de Noja, desveló la placa en honor al escultor, recordando sus palabras durante la erección de la estatua en 1983. Ruiz destacó la conexión de Noja con la ciudad: «El minero como hombre, el minero como ciudadano… trabajando para el pueblo y creador del pueblo». El homenaje también se convirtió en un momento de profunda emoción cuando los presentes escucharon la grabación de José Noja que confirmó su intención de captar la esencia misma de Puertollano a través de su obra.
Reconocido como maestro de la figuración abstracta y fallecido el 5 de julio, Noja dejó tras de sí una serie de obras que adornan múltiples rincones de España y del mundo. Ahora, su espíritu sigue vivo en la plaza que lleva su nombre, un espacio interactivo donde las nuevas generaciones pueden acercarse, tocar y hasta abrazar las piezas repletas de humanismo del escultor. La corporación municipal, que anhelaba este reconocimiento desde el 40º aniversario del monumento y los 150 años de minería en la ciudad, finalmente lo vio materializarse en un acto que contó con la presencia destacada de diversas personalidades y la participación de los alumnos de la Fundación Fuente Agria.
José Manuel Noja, hijo del artista, rememoró la relación de su padre con las minas y su evolución creativa, señalando que Puertollano fue una etapa significativa en su trayectoria. Luis Pizarro, historiador, enfatizó la capacidad del escultor para plasmar el alma de la ciudad en sus obras y agradeció el homenaje que fortalece el lazo entre los ciudadanos y su patrimonio.
El concejal de cultura, Juan Sebastián López Berdonces, resaltó el legado de Noja como un reflejo del esfuerzo y contribución de los mineros al bienestar social.
El homenaje a Pepe Noja culminó con una conmovedora afirmación: la esencia de Puertollano y su historia se funden en la emblemática escultura del minero, perpetuando el corazón de aquellos que con su tenacidad, dieron forma a la comunidad.
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