Pepa Bueno responde a Mariló Montero tras ser acusada de ‘sanchista’: ‘La honestidad es fundamental’

La reciente visita de Mariló Montero a La revuelta ha encendido una chispa de controversia en el panorama mediático español. La presentadora navarra, conocida por sus posturas directas, no vaciló en expresar su opinión sobre Televisión Española durante un acalorado debate con David Broncano. Según Montero, la cadena pública está lejos de gozar de la independencia que debería tener, enfatizando que, según su percepción, gran parte de sus rostros visibles tienden a alinearse más con ideologías de izquierda.

Durante la conversación, Montero citó específicamente a Pepa Bueno, quien recientemente se unió al equipo del Telediario principal de TVE. Esta mención se convirtió en un punto clave de discusión en la intervención de Bueno, quien asistió a La revuelta la noche siguiente. Aunque afirmó no haber visto la polémica conversación anterior, Broncano le realizó un breve resumen, destacando el tono ideológico que había permeado la charla.

La invitada, conocida por su notable trayectoria periodística, reflexionó sobre las etiquetas que a menudo se les asignan a los profesionales de los medios. “¿Vamos a pasarnos la vida tratando de defendernos de las etiquetas que nos ponen los demás?”, cuestionó Bueno, defendiendo la inteligencia de la audiencia que, según ella, puede discernir con claridad la calidad del trabajo que realizan. Su enfoque se centró más en el compromiso de hacer bien su trabajo que en los juicios externos.

Broncano, por su parte, aportó una perspectiva sobre la desinformación que a menudo rodea a los programas de televisión. Hizo hincapié en cómo muchos, sin chequear la calidad real de los contenidos, emiten juicios apresurados. A través de su propia experiencia en La revuelta, apuntó que han recibido acusaciones de ser “un panfleto soviético” sin considerar realmente lo que ofrecen.

La conversación giró hacia el concepto de la honestidad en el periodismo. Bueno defendió la idea de que es natural tener una visión sobre la realidad, pero que el trabajo periodístico debe realizarse con la intención de acercarse a esa realidad con rigor y con un protocolo de trabajo. “Lo que piensas de la realidad, tienes que dejarlo atrás para hacer las noticias”, remarcó, analizando cómo el conflicto es inherente a la democracia y cómo, en un entorno de diferencias de opinión, se dificulta la posibilidad de diálogo.

Su reflexión final trajo a la luz un desafío crucial: si no hay un consenso sobre lo que constituye la realidad, ¿cómo se puede avanzar en discusiones significativas? La inquietud en su voz resonó en el ambiente, dejando claro que el papel del periodista, aunque complicado, es primordial en la búsqueda de entendimiento y verdad en un mundo cada vez más polarizado.

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