Peñalba de la Sierra denuncia la tardanza del Infocam en llegar al fuego y la impotencia de vecinos al no poder intervenir

Peñalba de la Sierra denuncia "tardanza" del Infocam en llegar al fuego e "impotencia" de vecinos al no poder intervenir

El alcalde de Peñalba de la Sierra, Rafael Heras, ha expresado su malestar ante la lentitud en la respuesta de los servicios de extinción durante el incendio que se inició el pasado domingo en el paraje del Pico del Lobo. El fuego, que ha arrasado ya más de 550 hectáreas y se mantiene en Nivel 1, ha generado una gran preocupación entre los escasos habitantes y ganaderos de la zona, quienes se sienten impotentes al no poder colaborar en la defensa de su territorio.

Heras ha criticado la falta de rapidez en la intervención inicial, señalando que había medios de extinción cercanos que no fueron utilizados debido a la desactivación de los retenes forestales situados a escasos 12 kilómetros del incendio. «Pasan de nosotros y han pasado de los retenes que tienen aquí y que conocen la zona. Es todo como un pequeño despropósito», ha manifestado el regidor, quien también reconoció que la legalidad debe respetarse, aunque cuestiona si las decisiones tomadas son las más adecuadas ante la situación.

El incendio, que se cree que se originó por un rayo en la parte alta de la montaña, avanza desde una altitud de aproximadamente 2.000 metros. Heras ha enfatizado la importancia de la rapidez en la respuesta ante este tipo de incendios, lamentando que se les impida actuar.

Los ganaderos de la comarca están preocupados por la pérdida de pastos cruciales para el sustento de sus animales. «Lo que más preocupa es que el pasto que se está quemando es la comida de sus vacas», ha explicado. Además, el alcalde ha alertado sobre el riesgo que corre una tubería que abastece de agua a varias pedanías de la zona, la cual podría resultar afectada por las llamas.

El alcalde también ha denunciado que los protocolos actuales impiden que se aprovechen los recursos locales. Afirmó tener a disposición un buldócer en el pueblo que podría haber sido utilizado, en lugar de traer maquinaria de fuera mientras el fuego avanzaba. Heras ha manifestado su frustración con los controles que dificultan el acceso a las balsas de agua municipales, afirmando que, en caso de que el fuego se acerque a los núcleos de población, los vecinos preferirían enfrentar la situación por sí mismos.

Criticando una política medioambiental que considera demasiado rígida, Heras ha subrayado que, aunque la ecología es importante, debería haber flexibilidad para proteger el territorio. Ha recordado que las infraestructuras contra incendios en la zona fueron construidas por el propio Ayuntamiento con escasos recursos.

Finalmente, el alcalde ha concluido que la sensación en la comunidad es de «impotencia» y «abandono», destacando que, a pesar de tener experiencia y voluntad para luchar contra el fuego, se ven limitados en sus acciones. En la actualidad, 15 medios, incluyendo siete aéreos y ocho terrestres, trabajan en la extinción del incendio, con un total de 60 efectivos en la zona. Aunque no busca exigir dimisiones, Heras enfatiza que las administraciones deben aprender de los errores del pasado y repensar su enfoque en la gestión de estos incidentes.

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