A pesar de las lesiones que afectan al Málaga CF, algunos jóvenes del primer equipo como Einar Galilea y Jokin Gabilondo apenas han tenido minutos en la temporada, mientras el técnico Sergio Pellicer apuesta decididamente por la cantera
La temporada 2025/2026 de LaLiga Hypermotion ha comenzado para el Málaga CF con un guion que nadie habría deseado, una enfermería abarrotada y una grada impaciente. Entre muletas y diagnósticos clínicos, las oportunidades para algunos jugadores parecían abrirse como una puerta inesperada en medio de la tormenta. Sin embargo, en el fútbol como en la vida, lo que parece una ocasión dorada a veces se convierte en un espejismo que se disuelve antes de poder tocarlo.
El ejemplo más evidente lo encarnan Einar Galilea y Jokin Gabilondo, dos nombres que, sobre el papel, debían dar un paso al frente. Entre ambos no han llegado a los 50 minutos disputados en los cinco primeros partidos de la temporada. Lo paradójico es que las lesiones de compañeros como Álex Pastor —baja para todo el curso tras una triada— o Carlos Puga, también fuera de combate, podían haber sido el salvoconducto hacia la titularidad. Pero Sergio Pellicer, con la serenidad de quien apuesta sin temblar, prefirió mirar hacia otro lado.
Decisiones tácticas de Pellicer
El caso de Galilea fue especialmente llamativo. Justo antes del duelo ante Las Palmas, Pastor caía lesionado y la lógica dictaba que el defensa alavés tendría al fin su oportunidad. La lógica, claro está, es un lujo que el fútbol rara vez concede. Pellicer eligió a Murillo, canterano de perfil zurdo, para acompañar a Montero en el centro de la zaga. En la jerarquía invisible del vestuario, la juventud con apellido malagueño pesó más que la veteranía llegada de fuera.
Con Gabilondo sucedió algo similar. Tras la lesión de Puga en el derbi frente al Granada, entró desde el banquillo para ocupar su sitio. Su actuación, sin embargo, fue más advertencia que confirmación, dejando entrever que aún le queda recorrido para consolidarse como pieza fija. Y como si el destino quisiera remarcarlo, en el siguiente partido contra el Huesca, Murillo pasó al lateral derecho, posición natural del propio Gabilondo, mientras que Recio asumía el lugar de Pastor. Una antítesis cruel, los lesionados abrían huecos, pero los huecos no eran para quienes esperaban turno.
Cantera contra experiencia
Lo que sí parece innegociable es la hoja de ruta del técnico. Pellicer ha decidido priorizar a la cantera, un gesto tan valiente como arriesgado. Mientras muchos entrenadores hubieran recurrido a la experiencia de jugadores curtidos para navegar la tormenta de las lesiones, él ha optado por confiar en quienes todavía están aprendiendo a sostener el peso de una camiseta histórica. Es la apuesta de quien ve en cada debutante no solo un recurso, sino un futuro.
Los próximos compromisos pondrán a prueba esta filosofía. El Málaga recibirá al Cádiz en La Rosaleda el domingo 21 de septiembre y, semanas después, visitará Butarque para medir fuerzas con el Leganés. En esos partidos no solo se decidirán puntos, se medirá también el pulso de una idea. ¿Podrá la frescura de la cantera imponerse a la solidez de la experiencia? Quizá, como tantas veces, el fútbol dé una respuesta tan irónica como inesperada.