El mundo se detuvo ante la noticia del fallecimiento del papa Francisco, un evento que logró capturar la atención mundial y teñir de luto la programación de innumerables cadenas televisivas. Uno de los momentos más conmovedores tuvo lugar en la cadena española Antena 3, conocida por su cobertura de acontecimientos de gran envergadura. Durante una edición especial dedicada a la memoria del sumo pontífice, Antonio Pelayo, corresponsal veterano especializado en el Vaticano y con un vínculo personal inquebrantable con Jorge Bergoglio, se vio superado por la emoción en directo.
Antonio Pelayo, no solo es una figura respetada por su trayectoria periodística, sino también por su cercanía con el Papa Francisco, relación que ha sido evidenciada a lo largo de su cobertura y que, durante la conexión en vivo con Sandra Golpe, quiso compartir cómo era el Papa tras las cámaras. Con una mezcla de profesionalismo y humanidad, Pelayo describió a Francisco como «un Papa muy cercano y muy humano», detallando experiencias personales que pintan el retrato de un líder espiritual accesible y cálido.
El periodista compartió con la audiencia una anécdota que refleja el profundo cariño y respeto que sentía por el Papa. Reveló cómo, al cumplir 80 años, fue invitado a pasar 50 minutos en el despacho privado del Papa en Santa Marta, un privilegio que, según Pelayo, le permitió dialogar con Bergoglio con «toda libertad y con toda espontaneidad». Este gesto, despojado de las formalidades que suelen caracterizar las figuras de su calado, evidenció la profunda humanidad y la cercanía que el Papa Francisco extendía a aquellos a su alrededor.
Sin embargo, el testimonio de Pelayo tomó un tono aún más personal y emocional cuando, visiblemente afectado, se disculpó con la presentadora y los espectadores por la emoción que no pudo contener al hablar de su pérdida. Esta muestra de vulnerabilidad capturó los corazones de la audiencia y demostró el impacto que Jorge Bergoglio tuvo en la vida de aquellos que lo conocieron de cerca.
La emisión tuvo un eco inmediato en redes sociales, donde la audiencia no tardó en enviar mensajes de apoyo y condolencia a Pelayo, así como expresiones de respeto por la forma digna y emocional con la que se abordó la noticia del fallecimiento del papa Francisco. Este momento televisivo quedará grabado como un testimonio de la humanidad compartida, en un contexto en el que el mundo se unió en luto y recuerdo por un líder que marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia Católica.