La Mezquita de Tornerías de Toledo alberga hasta el próximo 10 de julio una exposición «única» dedicada a la historia del damasquinado, que reúne un total de 167 piezas de 20 colecciones diferentes, proveniente tanto de la capital regional como de Eibar, los dos centros históricos de esta artesanía. La directora general de Turismo, Comercio y Artesanía, Ana Isabel Fernández, inauguró la muestra junto al presidente de la Fundación Zuloaga, Ignacio Suárez Zuloaga, y los comisarios, Margarita Ruyra y Luis Peñalver.
Ana Isabel Fernández destacó que el damasquinado está «muy ligado» a la historia de Toledo y es una de las señas de identidad de la ciudad. El Gobierno regional consideró «importante» comenzar las exposiciones en Tornerías con uno de los oficio artesanales más emblemáticos de la Comunidad Autónoma. Las 167 piezas que conforman la exposición provienen de diversas instituciones, como el Museo de Santa Cruz de Toledo, la Diputación provincial y colecciones privadas, incluida la familia Zuloaga. La directora general mencionó el esfuerzo realizado para traer «joyas históricas y patrimoniales», así como ejemplos de damasquinado contemporáneo.
Según Fernández, esta colección aborda el pasado, presente y futuro del damasquinado, un oficio que sigue vivo gracias a los artesanos de Toledo y la incorporación de talento joven. La funcionaria también anunció que el próximo lunes se publicará la convocatoria de los premios regionales de artesanía, en la que los artesanos y diseñadores de la región podrán participar en tres categorías: Producto, Talento Joven y Vinculación entre el diseño y la artesanía, con una dotación total de 15.000 euros.
Asimismo, mencionó que hasta el próximo domingo, la artesanía regional está presente en la Milan Design Week, donde el Gobierno cuenta con un espacio exhibiendo 1.500 piezas de alfareros y ceramistas de Castilla-La Mancha, actividad que ha causado una gran repercusión.
Por su parte, Ignacio Suárez Zuloaga resaltó que Castilla-La Mancha es «una de las grandes potencias europeas» en el ámbito de la artesanía, al lado de Andalucía, y subrayó la importancia de la colaboración institucional entre turismo y artesanía en la comunidad. Zuloaga calificó la exposición como un «primer paso» para resolver una controversia de casi un siglo entre Eibar y Toledo sobre la procedencia de la artesanía damasquinada, destacando la tradición familiar de los Zuloaga en la región desde 1829.
Los comisarios también resaltaron las características de la muestra, que cuenta con un recorrido en siete secciones, abordando temas como la joyería masculina y femenina, la técnica del damasquinado con un maestro en activo, utensilios relacionados y una sección final titulada ‘Vitrina de la esperanza’. Luis Peñalver, uno de los comisarios, comentó que es una oportunidad para ver piezas que no se han expuesto anteriormente en Toledo y abogó por la protección del damasquinado a nivel regional, similar a lo que se hace con otros productos emblemáticos.
