En un giro inesperado y preocupante durante el segundo episodio de MasterChef 13, el programa de cocina más seguido por la audiencia española fue testigo de un incidente que sobresaltó tanto a concursantes como a espectadores. Uno de los aspirantes a ser el próximo MasterChef, un adiestrador canino de Alicante conocido como Flores, protagonizó un alarmante momento al desplomarse en el plató debido a un grave problema de salud.
La competencia había comenzado como cualquier otra noche en MasterChef, donde se desafió a los concursantes a elaborar un plato libre empleando un conjunto de ingredientes de color amarillo en un plazo de 75 minutos. A pesar de la posibilidad de romper la monotonía del amarillo añadiendo ingredientes extras como alcachofas, un trozo de cordero o un lenguado, aquellos que eligieran esta opción debían sacrificar tiempo de cocinado. Flores, decidido a utilizar cordero en su creación, aceptó el reto con 35 minutos menos para cocinar.
Antes de comenzar, Flores sorprendió al pedir una silla al equipo de producción, explicando que sufría de la espalda debido a un accidente de juventud, anticipando que la jornada sería especialmente dura para él. Pese a sus precauciones, una vez iniciada la tarea, el dolor se hizo insostenible. Reveló a Pepe Rodríguez, uno de los jueces del programa, que el estrés del concurso había exacerbado una hernia resultado de un accidente laboral que casi le cuesta la movilidad años atrás. Desafortunadamente, su estado empeoró rápidamente.
A escasos momentos de completar su plato, Flores intentó levantarse para alcanzar un plato, pero los intensos dolores le impidieron regresar a su estación de cocina. Ignorando las sugerencias de sus compañeros de solicitar ayuda, intentó aguantar el dolor hasta que finalmente, un fuerte pinchazo lo derribó, incapaz de levantarse.
El estudio de MasterChef se llenó de gritos y lamentos mientras Flores suplicaba por asistencia médica inmediata. La rápida respuesta de Pepe Rodríguez fue llamar a una ambulancia, y entre lágrimas, Flores fue atendido por los servicios médicos y trasladado a un hospital. Aunque rodeado de preocupación y apoyo, la gravedad de su situación lo obligó a abandonar la competencia, dejando un hueco en el programa y en los corazones de sus compañeros y televidentes.
Este incidente resalta no solo la presión y estrés a los que se someten los concursantes en estas competencias de alta tensión, sino también la importancia de priorizar la salud sobre cualquier desafío o competencia. La comunidad de MasterChef y sus seguidores se han volcado en muestras de apoyo hacia Flores, deseando su pronta recuperación y retorno a su pasión, tanto en la cocina como en el adiestramiento canino.