En un discurso contundente y cargado de urgencia, Pedro Sánchez ha marcado una clara postura ante la comunidad internacional en la cumbre de la Liga Árabe en Bagdad, al declarar que «Palestina se desangra ante nuestros ojos». La referencia no solo subraya la gravedad de la situación, sino que también marca el tono con el que España aborda el conflicto israelí-palestino, exigiendo un cese inmediato a las hostilidades por parte de Israel.
La escalada del conflicto en Gaza ha sido objeto de una profunda preocupación internacional, con Sánchez detallando las inquietantes cifras de 50.000 muertos y 100.000 heridos, una tragedia que, en su visión, infringe los principios básicos del derecho internacional. Es evidente que, para el presidente español, no se trata solo de una crisis humanitaria, sino de un choque contra el orden mundial basado en reglas, que amenaza con revivir los conflictos más oscuros del siglo XX.
Sánchez ha articulado cuatro prioridades que según él, deberían guiar la respuesta internacional a la crisis. La primera y más inmediata es la necesidad de poner fin al sufrimiento de la población civil en Gaza, levantando el bloqueo para permitir el flujo de ayuda humanitaria. Este paso no solo es vital para aliviar la emergencia humanitaria sobre el terreno, sino también para enviar un mensaje de solidaridad y apoyo a los palestinos.
Además, Sánchez ha instado a una mayor presión internacional sobre Israel, llamando a una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que haga cumplir a Israel sus obligaciones internacionales y lo responsabilice por las violaciones al derecho internacional. Esta es una señal clara de que la paciencia internacional se está agotando ante lo que se percibe como acciones desproporcionadas de Israel en Gaza.
En un esfuerzo por encontrar una solución duradera al conflicto, Sánchez ha destacado el compromiso de España con la iniciativa de la solución de dos Estados, mirando hacia la conferencia internacional programada para junio en Nueva York como una «oportunidad histórica» para avanzar hacia la paz. Este enfoque demuestra un equilibrio entre la urgencia del momento actual y la visión a largo plazo necesaria para asegurar la paz y la estabilidad en la región.
Por último, el reforzamiento del diálogo entre Europa, el mundo árabe y el Islam forma un pilar crucial en la estrategia de Sánchez. A través de la promoción del diálogo y la cooperación, España busca construir puentes que faciliten el entendimiento mutuo y sienten las bases para una colaboración más amplia y profunda en la región.
En conclusión, el mensaje de Pedro Sánchez en la cumbre de la Liga Árabe ha sido un llamamiento poderoso y necesario por la paz y el respeto al derecho internacional frente al derramamiento de sangre en Gaza. A través de sus palabras, España se posiciona como un actor comprometido con la solución de conflictos mediante la diplomacia, el diálogo y el multilateralismo, con la esperanza de forjar un futuro más pacífico para Oriente Medio.
