Palestina: Antes Reconocida que Entendida, una Visión Sobre su Situación Global

Llama poderosamente la atención que gobiernos de países como España hayan promocionado dicha declaración prejuzgando que Fatah, Hamás, Hezbolah, mártires de Al-Aqsa, ISIS, FPLP, Guarida del León, Yihad Islámica, Irán, etc… están alineados más allá del objetivo de la destrucción del estado de Israel.

Resulta interesante recordar que el 20% de la población israelí es árabe (musulmana) y que, como país democrático, este colectivo tiene su voz y su voto en el parlamento y en la sociedad, además de gozar de los servicios públicos sin distinción.

Ya en el año 2006, cuando Israel decidió que los palestinos de Gaza debían gozar de plena autonomía, se desató una cruel y sangrienta guerra entre el brazo armado de la OLP (Al Fatah) y Hamás. En dicha guerra se vieron escenas inhumanas que lamentablemente se han repetido recientemente. Secuestros, ejecuciones, cadáveres arrastrados por vehículos, etc…

Tengamos en cuenta que estas organizaciones terroristas han encontrado su “modus vivendi” en el control de su territorio y en la sumisión e incluso, fanatismo, en sus habitantes. Muy parecido a que lo hacen las bandas callejeras que controlan todo lo que se mueve en diferentes barriadas de las grandes ciudades occidentales. La diferencia se encuentra en su obsesión por la captura de grandes paquetes de ayudas a fondo perdido y una muy bien orquestada campaña victimista constante.

Así, esta declaración favorecedora para los líderes palestinos abre las puertas a una devastadora guerra “fratricida” entre grupos violentos que no se consideran hermanos.

Cabe recordar que cuando Yasser Arafat falleció en París, todo el dinero acumulado de las donaciones internacionales durante años estaba en sus cuentas personales. De ahí que el acta de su defunción se retrasase hasta que los dirigentes de la OLP y la esposa del fallecido alcanzaran un acuerdo, el cual se presupone que fue del 50% para cada una de las partes.

¿Es este el mejor momento?

Parece ser que esta es la peor ocasión de todas las ya propuestas, a lo largo de muchos años, para que se ofrezca la garantía de un estado palestino. A pesar de ello, se siguen recibiendo donaciones, ayudas, etc… tan cuantiosas como golosas que no siempre acaban en las manos correctas.

Por ello, parecía lógico que antes de una declaración oficial, unilateral y simbólica del un estado, se diera la condición previa de que los grupos terroristas, agentes civiles y personal religioso hubiesen pactado y manifestado un comportamiento positivo, democrático y tolerante. Por ello, deponer las armas, liberar a rehenes, garantizar elecciones democráticas, aplicar planes de desarrollo agrario, industrial, turismo, etc… hubiera sido un buen comienzo o al menos, una buena premisa que hubiese generado la confianza de Occidente, de los propios interesados y de sus vecinos.

Recientemente, Mahmud Abás, presidente de la AP de 88 años de edad y sin cargo electo desde hace años, perdió una oportunidad de oro para tener a Occidente y a Israel como amigos. Si el pasado 7 de octubre del 2023, después de la matanza realizada por la organización terrorista Hamás, y sus simpatizantes, sobre la población israelí e israelita, éste se hubiera erigido como el líder global que dice ser, todo el mundo le hubiera ayudado a tener un estado y, sobre todo, a preparar la estructura de un país moderno, próspero, pacífico y seguro. En cambio, el temor que sufre de ser tratado como un traidor por las diversas organizaciones terroristas que dice agrupar, no le permite dar el valiente y decisivo paso que se requiere. Lo más probable es que siga alineado con esta tesis terrorista que tanta portada y retorno económico les reporta.

Le sucedió a Yasser Arafat cuando Simón Peres le llamó la atención, ya que justo después de haber firmado el acuerdo de paz, se inició una ola de atentados en Israel. Era una prueba de fuerza, un pulso, por parte de los grupos terroristas para colocar “la paz” en cuestión. A la vista está que lo consiguieron.

Esto es el resultado que tiene querer satisfacer a dos partes opuestas y no disponer de un liderazgo asegurado, sino a crédito. al más puro estilo «hipoteca». Aun así, se siguen haciendo malabarismos para seguir disponiendo de las ayudas internacionales y a la vez, incentivar económicamente el terrorismo.

La verdad es que cuando uno se fija en los árboles, no es capaz de ver el bosque y por ello, la lucha interna entre las distintas facciones y sus particulares intereses, se ha visto solapada por el denominador común que se repite insistente y constantemente entre todos ellos. La destrucción del estado de Israel. Independientemente de que esto ocurriese, lo más probable es que, a las pocas semanas viniese la destrucción del recién nacido estado palestino, su descomposición se aceleraría en áreas regentadas por diferentes clanes fuertemente adscritos al estilo tribal e intereses particulares.

Si esto es lo que se desea, adelante. ¡Inténtelo! Pero no es lo mejor para nadie… y con nadie me refiero a todos… o mejor dicho, a ninguno.

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