El gobierno neerlandés, integrado por la derecha radical, ha hecho pública su agenda de política migratoria, introduciendo un conjunto de drásticas reformas en el sistema de asilo y medidas urgentes para contener el flujo de refugiados. Este viernes se revelaron planes para una revisión profunda que busca endurecer las políticas de asilo, incrementar las expulsiones de migrantes y buscar una derogación de las normas migratorias europeas aplicables a Países Bajos.
Los cambios propuestos tienen la intención de reducir significativamente la llegada de solicitantes de asilo, en un esfuerzo por abordar lo que el ejecutivo considera el principal factor detrás del crecimiento de la población y los cambios demográficos en el país. Según el gabinete, estos cambios demográficos han puesto una presión insostenible sobre sectores críticos como el mercado inmobiliario, la atención médica, la educación, y han afectado negativamente la cohesión social y la seguridad nacional.
La coalición gobernante argumenta que es imprescindible tomar medidas para que el sistema de asilo sea el más riguroso de la historia del país, alineando a Países Bajos con los estados de la Unión Europea que poseen las políticas de admisión más restrictivas. Entre las medidas inmediatas anunciadas se incluye la suspensión parcial de la Ley de Extranjería, lo que permitiría implementar acciones de urgencia para abolir el permiso de asilo por tiempo indefinido, ampliar los casos en los que se puede negar la entrada por motivos de delitos cometidos, y eliminar la posibilidad de reunificación familiar para hijos adultos.
El gobierno también planea declarar una “crisis de asilo” oficial en el país durante dos años, lo que suspendería el procesamiento de solicitudes de asilo, limitaría la acogida de refugiados, y facilitaría la expulsión de personas sin residencia legal. Paralelamente, Países Bajos notificará a las autoridades de Bruselas su deseo de ser excluido de la legislación europea sobre asilo y migración, liderando la iniciativa para modificar la directiva de retorno de extranjeros en la Unión Europea.
La ministra de Migración y Asilo, Marjolein Faber, del ala ultraderechista del gobierno, ha declarado que estas acciones buscan hacer de Países Bajos un destino menos atractivo para los solicitantes de asilo y asegurar que solo se reciba a aquellos que realmente respeten y valoren la hospitalidad neerlandesa. Al mismo tiempo, el gabinete trabaja en un paquete de reformas más amplio, inspirándose en el sistema sueco, que impondría condiciones más estrictas para la reunificación familiar y definiría de manera más limitada el concepto de «núcleo familiar».
Esta política migratoria propuesta por el nuevo gobierno neerlandés ha generado un amplio debate, tanto dentro como fuera de sus fronteras, sobre el equilibrio entre la soberanía nacional en la gestión de la migración y los compromisos humanitarios internacionales, así como la integración europea en políticas de asilo y migración.