El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, del PSOE, y su homólogo de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, del PP, se reunieron este miércoles en Requena (Valencia) para sellar un acuerdo en materia de atención sanitaria en zonas limítrofes. No obstante, en la convocatoria no pasó desapercibido el debate sobre la gestión del agua, un tema en el que ambos coinciden en la necesidad de buscar un consenso a nivel nacional.
Durante el evento, y a requerimiento de los medios sobre esta cuestión, García-Page apuntó a la desalación como una de las soluciones para explotar más recursos hídricos, mientras que Mazón amplió el foco hacia opciones como la utilización de acuíferos y la depuración. Ambos dirigentes estuvieron de acuerdo en que el agua es un bien de «todos» y que su gestión debe fundamentarse en el diálogo y el acuerdo entre todas las partes involucradas.
García-Page explicó que el agua, al igual que la Constitución del 78, es un tema conflictivo y abogó por un espacio de consenso en el país. Lamentó que el debate a veces pareciera medirse más en términos electorales que por la necesidad real de recursos hídricos. Por otro lado, Mazón pidió al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que asuma un rol de coordinación y rigor en la hoja de ruta para el manejo del agua.
Mazón insistió en la importancia del rigor en las políticas hídricas y en buscar maneras de complementar diferentes fuentes de agua, más allá de los trasvases. Mientras tanto, García-Page aseguró que las ideas actuales del ministerio están más claras y alineadas con los estándares europeos, aunque recordó que la gestión eficaz del agua es competencia de más entidades que simplemente el ministerio de turno.
Como nota curiosa, durante la firma del acuerdo, ambos líderes autonómicos reflejaron diferencias de opinión, en tono distendido, sobre el origen del trasvase, situándolo García-Page en época franquista y Mazón durante la época de Indalecio Prieto. Este encuentro subraya que, pese a las diferencias políticas, hay una conciencia compartida sobre la importancia de una gestión del agua justa y consensuada para el país.
