En una reciente intervención, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha reiterado su solicitud al Gobierno central para que apruebe el techo de gasto. Durante la inauguración del Centro de Emprendimiento, Orientación, Acompañamiento e Innovación para el Empleo (COE), García-Page advirtió que, de no implementarse esta medida, la región podría enfrentar un recorte de 100 millones de euros, lo que a su vez podría resultar en la pérdida de 2.500 empleos en la administración pública.
El presidente mostró su preocupación al señalar que está decidido a evitar despidos, destacando que el impacto de esta situación afectaría a los «grandes» servicios públicos de la región. A pesar de que la economía nacional presenta signos de mejora, García-Page indicó que no son momentos favorables para la administración, mencionando problemas estancados en la gestión administrativa y presupuestaria.
El presidente también criticó la exigencia de que su Gobierno entre en superávit, mientras que el Gobierno central aún no logra aprobar su propio presupuesto, señalando que esto no es normal y que la región se siente como una «víctima colateral» de esta situación. A lo largo de su discurso, García-Page enfatizó la importancia de un esfuerzo conjunto para solucionar estos problemas y reafirmó su compromiso de seguir adelante con los planes de desarrollo de la comunidad.