El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado este lunes su apoyo a la reducción de la jornada laboral mediante el consenso, un día después de que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, advirtiera a los empresarios de que, en caso de no alcanzar un acuerdo en la mesa de diálogo, su ministerio y el Gobierno actuarían de forma unilateral.
Durante un evento en Guadalajara, donde colocó la primera piedra de un nuevo Centro de Día y de viviendas con apoyo para personas con discapacidad, García-Page hizo hincapié en que la reforma laboral anterior fue considerada un «éxito» gracias al consenso alcanzado entre las partes involucradas. En relación a la jornada laboral, el presidente socialista expresó su deseo de que se logre un acuerdo similar: «No sé si los ultimátum o las amenazas sirven para algo», apuntó.
El presidente regional reconoció la necesidad de restaurar consensos básicos entre los agentes sociales en España, reafirmando que no apoya la utilización de amenazas o ultimátums, ya que «las cosas que terminan durando son aquellas que se hacen con grandes consensos». Subrayó que, de lo contrario, las normas podrían estar sujetas a cambios políticos repentinos.
García-Page también indicó que es fundamental reflexionar sobre la jornada laboral, no solo en cuanto a su duración, sino también en cómo se distribuye a lo largo de la semana. Aportó una perspectiva sobre la evolución de la vida económica, señalando que «no es la misma vida de hace 40 años». Destacó que la realidad laboral actual es diversa y se manifiesta de manera diferente según las ciudades y territorios, además de depender del sector económico. En este sentido, sostuvo que hay actividades que pueden realizarse desde casa y otras que requieren presencia física.
El presidente concluyó que las normas laborales deben adaptarse a esta complejidad económica actual, subrayando que «no vale para todos los sectores». Enfatizó su experiencia personal, aclarando que nunca ha tenido una jornada laboral convencional.