En la reciente XXX sesión plenaria de la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV) llevada a cabo en Iasi, Rumania, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha realizado declaraciones que marcan un cambio de rumbo en el liderazgo de la organización. García-Page ha expresado que ha llegado el tiempo para que Castilla-La Mancha ceda la Presidencia de la AREV, con el objetivo de permitir una renovación dentro de la entidad.
Según el presidente regional, ya ha comenzado a establecer conversaciones con dirigentes de otras comunidades, como las alemanas y francesas, en búsqueda de sucesores idóneos para el cargo. «Ha llegado el momento», dijo García-Page, enfatizando la necesidad de inyectar «una nueva energía» para encarar los retos que se avecinan, en especial aquellos relacionados con la política agraria.
La decisión de proponer un cambio en la presidencia llega incluso ante la posibilidad de que Castilla-La Mancha continuara en el liderato, dada la apreciable propuesta que otras regiones han hecho para que mantuviera su posición al frente de la AREV. Sin embargo, García-Page considera esencial abrir el paso a nuevos enfoques para lograr «un mayor equilibrio entre la sostenibilidad y también la sostenibilidad económica, la ambiental y la económica».
Este replanteamiento estratégico sugiere un futuro próximo en el que el AREV podría ver alteradas sus dinámicas directivas y, con ello, sus iniciativas de cara a una política agraria más adaptada a los desafíos contemporáneos. La posibilidad de una dirección nueva en la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas esboza un escenario de cambio en un sector tan crucial como lo es el vitivinícola para muchas regiones de Europa, incluida Castilla-La Mancha.
