El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, aprovechó un acto público en Manzanares (Ciudad Real) para comentar sobre las recientes elecciones en Galicia, en las que el Partido Popular (PP) obtuvo la mayoría absoluta. García-Page felicitó al nuevo presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, con quien mantiene una relación «muy cordial». Al mismo tiempo, mostró su solidaridad hacia el candidato socialista gallego, José Ramón Gómez Besteiro, a quien reconoció como alguien que «le ha tocado hacer una campaña en circunstancias complejas, emparedado en un sandwich».
Sobre los resultados de las elecciones, García-Page sugirió que, aunque las elecciones tienen un carácter autonómico, estas no deben desligarse del contexto nacional: «sin duda, las elecciones gallegas, obviamente tienen un componente autonómico. Pero no vamos a engañarnos, la realidad es que el producto era regional, pero el guiso era nacional». Por ello, instó a sacar conclusiones importantes y serias a nivel nacional, pues si la situación hubiera sido adversa para el PP, se estaría hablando de «las consecuencias nacionales, no gallegas».
El presidente castellanomanchego señaló que desde 2020 se está viviendo un ciclo «muy hostil» que lleva a una necesidad de «reflexión profunda» para prevenir que ese ciclo se convierta en un «ciclón electoral». Destacó la importancia de las comunidades autónomas como parte del fortalecimiento o debilitamiento del Estado y celebró que en Galicia no haya entrado ningún actor «independentista», para poder jugar desde la «estabilidad constitucional».
García-Page también realizó un comentario sobre la no victoria de Puigdemont tras el acto público, sugiriendo que el resultado del PP evita que se hable de «consecuencias nacionales» y de un posible escenario que beneficiase a Puigdemont. En cuanto al papel de Podemos en las elecciones, con sólo el 0,3% de los votos, y a la plataforma Sumar, ironizó sobre el bajo rendimiento electoral de la izquierda diciendo que «algunos restan más que suman, y a Podemos se le puede llamar ‘Pudimos'».
En su discurso, García-Page concluyó enfatizando en el compromiso de seguir trabajando y cumpliendo con lo prometido a la gente, al referirse a la construcción de un Estado de Bienestar como parte de la identidad de la socialdemocracia. Con estos comentarios, el presidente de Castilla-La Mancha abordó los resultados de Galicia proyectándolos en un marco nacional y reflejando su visión política sobre la situación tanto en su comunidad autónoma como en el resto de España.