El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha hecho un llamamiento a la conformación de un «auténtico pacto de Estado» que trascienda las divisiones ideológicas tradicionales en pos de una cooperación entre fuerzas de izquierda y derecha. Este pacto tendría como objetivo principal evitar que la coalición Bildu adquiera un papel determinante en las negociaciones políticas y, menos aún, en la esfera de poder e influencia en España.
Durante una jornada en Bruselas, donde se reunió con el comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, García-Page compartió sus perspectivas con los medios. A pesar de reconocer la presencia legítima de Bildu en el Parlamento, y por tanto no abogar por un veto absoluto a la formación, enfatizó la importancia de que dicha fuerza política “nunca sean decisivos” en decisiones de calibre nacional.
El mandatario castellanomanchego subrayó la importancia de esta medida por considerar que Bildu representa intereses contrarios al bienestar general de la sociedad española, observando con preocupación el posible impacto que podrían tener al ejercer influencia desproporcionada a través de «los escasos votos» y «los escasos diputados» de los que dispone la coalición.
Las declaraciones de García-Page surgen en un contexto político donde la búsqueda de consenso y la estabilidad gubernamental constituyen factores críticos, y donde las tensiones entre los diferentes bloques políticos exigen reflexiones sobre la gobernabilidad y la participación en las estructuras de poder de grupos minoritarios. La iniciativa propuesta se presenta, entonces, como un llamado al diálogo y la unidad de las fuerzas constitucionalistas para preservar una gobernanza coherente y constructiva en el país.
