El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha reivindicado la igualdad de trato en la gestión de los recursos hídricos para su comunidad, alineando su postura con la propuesta de la Comunidad Valenciana de priorizar el uso de agua desalada para el consumo humano y de emergencia, y no para riego agrícola. Durante la inauguración de nuevas instalaciones de la Universidad de Alcalá de Henares en Guadalajara, el mandatario ha interpelado a su homólogo valenciano, Carlos Mazón, quien había defendido recientemente el uso preferente del agua desalada para situaciones críticas de consumo humano. García-Page ha considerado que el enfoque ofrecía una alternativa viable al comprometido Trasvase Tajo-Segura, que ha descrito como una «herida abierta» en la región.
Acompañado por representantes políticos y académicos, incluido Pablo Bellido, presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha y Amador Pastor, consejero de Educación, García-Page ha expresado su respaldo a la gestión de los ríos a nivel nacional, demandando un criterio homogéneo para todas las comunidades. Además, ha mostrado disposición para alcanzar acuerdos con el Levante español, siempre defendiendo el abastecimiento hídrico para consumo urbano por encima de otros usos como el riego de campos de golf.
Aludiendo a las desaladoras como solución al déficit de agua, el presidente castellanomanchego ha sugerido que otras partes han obstruido proactivamente el desarrollo de esta tecnología, prefiriendo esperar al agua del Tajo debido a los menores costes.
En consonancia con García-Page, Pablo Bellido ha expresado su sorpresa ante el cambio de discurso en el Levante y ha hecho un llamado al Gobierno de España para que asegure no solo el abastecimiento humano, sino también el acceso al agua para posibilitar el desarrollo de Castilla-La Mancha, una región que, según ha indicado, sufre el expolio constante de su agua y donde la sequía «ha venido para quedarse».
