El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su desconcierto y crítica hacia aquellos que no aprecian la vida en España ni apoyan la redistribución de la riqueza a nivel nacional, pero no tienen inconveniente con que España contribuya económica a otros países miembros de la Unión Europea. Durante la presentación de los deportistas de Castilla-La Mancha preseleccionados para los Juegos Paralímpicos de París 2024, que se celebró en Toledo, García-Page se ha mostrado firme en su defensa de España como «el mejor país para vivir», a pesar de que algunos españoles lo cuestionen y consideren la posibilidad de abandonar el país.
El dirigente castellanomanchego ha apuntado a la incongruencia de aceptar la dinámica de contribución financiera dentro de la Unión Europea, que beneficia a países como Rumanía o Bulgaria, y al mismo tiempo oponerse a un sistema similar dentro de las fronteras españolas. Esta actitud, a su parecer, es un «despropósito y un absurdo».
Además, ha señalado que parece existir una resistencia a reconocer la importancia de un sistema impositivo progresivo, destacando que hay quienes no desean compartir lo que generan. Para García-Page, un país se define por su capacidad de redistribuir, y ha enfatizado que la redistribución y la solidaridad no son lo mismo; mientras que la solidaridad implica generosidad voluntaria, la redistribución es una cuestión de justicia, incluso cuando no existe el deseo de compartir.
El presidente ha concluido afirmando que lucha por la redistribución en busca de justicia social y ha reprobado el razonamiento de aquellos que cuestionan esta práctica dentro de España pero no cuando se trata de la contribución del país a la Unión Europea. Con estas declaraciones, García-Page se ha posicionado claramente a favor de la justicia social y la cohesión interna del país, al tiempo que ha mostrado su compromiso con los valores de solidaridad y unión a nivel europeo.