El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha lanzado críticas hacia su propio partido, el PSOE, al afirmar que se encuentran «en el extrarradio de la Constitución» y apunto de «pisar la frontera constitucional». Estas declaraciones surgen a raíz del reciente pacto con Junts para precisar los delitos de terrorismo que estarán cubiertos por la Ley de Amnistía.
Durante su intervención en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), García-Page ha enfatizado que el PSOE «no es un partido del que se pueda dudar constitucionalmente» y ha manifestado su confianza en la importancia del partido dentro de la estructura constitucional de España.
No obstante, sus declaraciones no han eximido su preocupación por preservar esa «frontera constitucional». Al respecto de la enmienda y su contenido, García-Page ha expresado un alivio irónico, señalando que, al independetismo catalán no se le ha ocurrido exigir inmunidad para futuras acciones, aparte de la amnistía para las anteriores.
El presidente regional ha sido firme al señalar que «no hay terrorismo bueno y terrorismo malo» y ha remarcado que las acciones de generar terror son evidentes y deben ser juzgadas por los jueces, no por políticos, reafirmando la independencia del poder judicial en su deber de interpretar y aplicar las leyes.
Finalmente, al ser cuestionado sobre si le afecta que los diputados de Castilla-La Mancha avalen estos acuerdos, ha indicado que los representantes deben su lealtad a los votantes y no a «virreyes» ni «barones» regionales. Ha admitido que muchos pueden estar sufriendo pero declara que no está en posición de emitir órdenes, usando una metáfora de la falta de atención que recibe, comparándola incluso con la asistencia de voz de su teléfono.
