El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha manifestado su descontento hacia varios miembros del Gobierno central, incluyendo al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; y a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por la reciente comunicación sobre el reparto de jóvenes migrantes. García-Page, durante la firma del convenio de adhesión de la Junta a la candidatura de Toledo como Capital Europea de la Cultura 2031, señaló que aquellos que ahora se ofrecen a explicar el funcionamiento de estos procesos deben haber tenido la “ocasión de oro” para hacerlo antes de que los decretos sean aprobados en el Consejo de Ministros.
El presidente regional criticó la falta de diálogo y negociación con las autonomías, insistiendo en que hacerlo es fundamental y debería ser el camino “como Dios manda” para cumplir con los preceptos constitucionales vigentes. Resaltó que en Castilla-La Mancha se tienen las cosas “muy claras” y se verá con tranquilidad y claridad sobre estos temas con el Gobierno de España.
En el mismo contexto, García-Page se refirió al controvertido impuesto a la banca, anunciando que su Consejo de Gobierno ha decidido presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la distribución de este impuesto, que calificó de “injusto y absolutamente ‘trumpista’”. Para él, esta medida no fomenta la igualdad, sino que contribuye a un incremento de la desigualdad en España, siendo «realmente todo lo contrario» a un impuesto progresivo.
El presidente de Castilla-La Mancha también señaló que hay comunidades autónomas que, a pesar de tener un Producto Interior Bruto elevado, no se oponen a las imposiciones de este tipo, sugiriendo que esto podría amenazar la cohesión territorial y propiciar discursos que fragmenten el país. Reiteró su compromiso con la responsabilidad de su Gobierno en este sentido, destacando que es importante priorizar los valores que están en juego más allá de los aspectos económicos involucrados. Con esto, García-Page hizo un llamado a la unidad y al diálogo frente a las medidas que considera perjudiciales para el conjunto del país.
