El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su descontento con la actuación del ministro de Cultura y Deportes, Ernest Urtasun, respecto a la reciente supresión del Premio Nacional de Tauromaquia. En una rueda de prensa realizada este martes, tras una reunión del Consejo de Gobierno en Azuqueca de Henares, García-Page ha criticado la visión de la política que tiene el ministro y su manera de adjudicar «carnés de modernidad» a una pequeña proporción de votantes.
En su discurso, el presidente castellanomanchego ha revelado que su administración ha iniciado contactos con organizaciones clave para establecer una propuesta de premios que complementen la falta del galardón nacional eliminado, aunque no precisamente como una copia de este último. García-Page ha querido dejar claro que no aceptará la actitud de aquellos que pretenden medir la modernidad política desde una minoría, refiriéndose al apoyo electoral que recibe el partido del ministro Urtasun, y ha rechazado la idea de que la España actual puede ser monopolizada por un reducido grupo político.
El presidente también ha calificado de arrogante la postura del ministro al querer definir un concepto de modernidad vinculado a sus intereses políticos y electorales. García-Page ha subrayado la contradicción que representa tener un responsable de cultura que, en lugar de proteger el patrimonio taurino reconocido legalmente como cultural, parece tener el objetivo de debilitar el sector.
Finalmente, García-Page sugiere que, dado este contexto, sería más congruente que la responsabilidad sobre la tauromaquia recayera directamente sobre el gobierno central. Mientras enfatiza el respeto hacia la creciente sensibilidad hacia la protección animal, el presidente afirma que la función del ministro de Cultura debería estar más alineada con la preservación y no con el desmantelamiento de las tradiciones culturales reconocidas, como la tauromaquia, evitando así los conflictos de interés y proporcionando tranquilidad al sector.
